Un niño de 6 años de Alicante, Álvaro, que padecía una leucemia linfoblástica aguda de tipo B y que no respondía al tratamiento convencional se ha curado y ha podido volver a su vida normal gracias a una nueva terapia genética, denominada CAR-T 19, que ha sufragado el Sistema Nacional de Salud (SNS). Este niño ha sido tratado en el Hospital Sant Joan de Déu (HSJD) de Esplugues de Llobregat (Barcelona), uno de los tres únicos centros pediátricos acreditados en España para ofrecer el tratamiento CAR-T, junto con el Hospital de la Vall d'Hebron, también en Barcelona, y el Hospital Niño Jesús, de Madrid.

Álvaro ya ha podido volver a su casa y los médicos le dieron ayer "permiso para hacer una vida normal plena y disfrutar de la vida", según su madre, Marina.

La madre de Álvaro, junto con los doctores Miquel Pons, director médico del Hospital barcelonés, y Susana Rives, la hematóloga que ha seguido el caso, dieron a conocer ayer los detalles de la aplicación del tratamiento CAR-T 19 en el pequeño.

Álvaro fue diagnosticado de leucemia linfoblástica aguda cuando era muy pequeño y, después de recibir el tratamiento habitual y ser sometido a un trasplante de médula en Alicante, recayó de su enfermedad y fue derivado a Sant Joan de Déu, donde se le aplicó el CAR-T 19 en otoño del año pasado.

Tras sufrir algunas complicaciones, de las que tuvo que ser tratado en la UCI, Álvaro ya ha podido volver a su casa, a compartir su día a día con su hermano pequeño y el resto de su familia. El CAR-T 19 es una terapia que ayuda al sistema inmunitario del paciente para que pueda reconocer, atacar y destruir las células cancerosas de una manera dirigida. Consiste en extraer sangre del paciente mediante aféresis, una técnica que permite separar los componentes de la sangre, para obtener linfocitos T, un tipo de células del sistema inmunitario.

Los linfocitos T extraídos al paciente son modificados en el laboratorio mediante técnicas de ingeniería genética para que expresen en su superficie el receptor CAR-T, que es capaz de reconocer el antígeno tumoral CD19, y destruir las células cancerígenas. Una vez modificados genéticamente, en un proceso que puede durar de dos a cuatro semanas, los linfocitos son transferidos de nuevo al paciente, que puede hacer vida normal al cabo de unos tres meses.

El caso de Álvaro es el primero que financia el Sistema Nacional de Salud para un paciente pediátrico y ha costado unos 320.000 euros, según el doctor Pons, que añadió que el HSJC ya tenía experiencia en aplicar la citada terapia desde 2016.