"Creemos que lo que ha hecho el marido de María José, Ángel Hernández, es un acto de amor hacia su mujer, teniendo en cuenta que ella tenía 61 años y llevaba 30 con una esclerosis múltiple, una enfermedad degenerativa que volvió a esta mujer totalmente dependiente en la última década. No podía mover las manos, no podía caminar, a penas comer y casi no veía. Ella le había pedido a él firme y libremente que le ayudara a morir. Lo había solicitado cuando era dueña de sus capacidades mentales, cuando era dueña de su vida y de su cuerpo". Así, se refería Ascensión Cambrón, presidenta de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD) al suicidio asistido de María José Carrasco.

Cambrón, en declaraciones a FARO, aclaró que "no digo que haya que aplaudir a este hombre pero, ante una situación así, entiendo que, en una sociedad democrática, con respeto a la libertad y pluralidad, resulta inaceptable que se le sancione. No obstante, en el Código Penal, en el artículo 143 establece que este hombre tiene que ir a prisión".

La presidenta gallega de DMD destacó que el hombre "se ha autodenunciado. No ha querido decir una cosa por otra, lo que tiene un plus de valentía. Es una situación totalmente injusta". Por ello, el colectivo ha convocado para hoy, a las cinco de la tarde, una manifestación en apoyo de Ángel Hernández. Será ante los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid.

La máxima responsable en Galicia de DMD agregó que "aunque haya políticos que digan en los medios que este problema no existe. Sí existe y deberíamos resolverlo en el Parlamento".

Por ello, lamentó que se hayan disuelto las Cortes sin aprobar la Ley de Regularización de la eutanasia "que se tenía que haber discutido. Hasta en 14 ocasiones, dos grupos políticos lo han estado impidiendo. Eso me parece espantoso y ojalá los nuevos diputados que salgan de las elecciones el 28 de abril asuman que en nuestra sociedad hay un 80% de personas que están a favor de la legalización de la eutanasia para estos supuestos".

En este punto, Cambrón subrayó: "Que quede bien claro, esta legalización sería para personas que están sometidas a un sufrimiento insoportable que hace su vida indigna desde sus concepciones morales".

Preguntada por las similitudes entre este caso y la historia narrada por el director de cine Haneke en su película Amor de 2012 -Palma de Oro en Cannes por dicho filme-, reconoció que esta cinta plasma muy bien la situación de desdicha de un matrimonio de ancianos en el que uno, con dolencia degenerativa y mucho sufrimiento, pide al otro que le ayude a morir.

En cuanto a cómo los equipos médicos viven estas situaciones, indicó que "hubo un tiempo en el que se mostraban más proclives a no prolongar estas situaciones innecesariamente. Sin embargo, después de la sanción a Luis Montes en el Hospital de Leganés, eso representó un freno".