Técnicos del Museo de Altamira, en Santillana del Mar (Cantabria), han identificado tres nuevas improntas de manos en negativo, de al menos 2.000 años de antigüedad, en la sala de polícromos de la cueva, que hasta ahora habían permanecido inéditas. Con estas tres representaciones, ya son nueve las manos paleolíticas que se han podido identificar, registrar y documentar en el interior de la cueva de Altamira gracias al trabajo del equipo de investigación del museo en colaboración con los responsables del proyecto "Handpas. Manos del pasado," cofinanciado por la UE.

La subdirectora del museo, Carmen de las Heras, y el coordinador del proyecto, Hipólito Collado, dieron ayer a conocer algunos de los resultados más importantes del citado proyecto, con especial referencia a los procedentes de la cueva de Altamira, entre los que destacan, además de las figuras ya señaladas, el análisis de la única de las manos halladas en la galería final de la cavidad. La figura fue realizada en positivo, en un negro intenso, y fue descubierta por Freeman, González, Bernaldo de Quirós y Ogden, en la galería final, en los 80 del siglo XX, pero hasta ahora no había sido estudiada con detenimiento. Hoy, por el tamaño de los dedos y la altura del soporte donde fue impresa la huella, se puede considerar como una mano infantil, indicaron los expertos.