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tres tendencias

Leche y lluvia para renovar las joyas

Los avances de la bisutería en la última década hacen que las piezas hechas con dientes, tenedores, pelo o cenizas estén de moda

Colgante de Gota de Lluvia de Santiago en la Plaza del Obradoiro, frente a la catedral. // FdV

Gotas de la lluviosa Compostela, el primer diente de un hijo, leche de madres lactantes, cenizas de un familiar o pelo de bebé. Todos estos elementos se pueden lucir como colgante principalmente y también en otros tipos de joyas gracias a la renovación que ha experimentado el mundo de la bisutería en los últimos años, lo que ha provocado la proliferación de nuevas empresas que trabajan con estos materiales y que cuentan incluso con lista de espera y servicio de envíos internacionales a lugares lejanos como Jerusalén o Miami.

Recién aterrizados en el mundo de los negocios, los hermanos Alba y Jose Antonio Rodríguez, exestudiantes de la Universidad de Santiago (USC), idearon y patentaron hace un año una marca que ya es toda una realidad y cuenta con tienda online: Gota de Lluvia de Santiago. Como su propio nombre indica, los colgantes que venden incluyen una pequeña cantidad de lluvia compostelana dentro de una esfera en forma de gota hecha con vidrio de probeta (es menos frágil que otros tipos de cristal) y sujeta por una cadena de plata. "Queríamos jugar con la morriña, que fuera una joya con la que poder llevar una parte de Galicia contigo como son las gotas de lluvia", afirman.

El agua, la cual someten a tratamiento para que no proliferen las algas, la recogen en el campus Stellae de la USC pero entre sus planes está el conseguir instalar una fuente de piedra en la biblioteca de Fonseca para realizar la recogida. Reconocen que quieren llegar a vivir de su idea y que en los pocos meses que llevan "no les va mal" en cuanto a ventas de colgantes, cuyo precio oscila entre los 25 y los 30 euros en función del color de la esfera (transparente, verde o azul).En Vigo, lugares como el complejo de servicios funerarios Vigo Memorial, elaboran desde hace años joyas en las que incluyen cenizas de difuntos.

"La propia joya es un contenedor de una esencia mínima de las cenizas. Nos dedicamos a colgantes, pero también hacemos pendientes y anillos, aunque con las cenizas se puede desde pintar un cuadro hasta casi ponerlas en órbita", explica el gerente, Marcos Carrera. Los colgantes (de oro y plata) tienen un precio de entre 150 y 180 euros y para los grandes bolsillos, el tanatorio elabora diamantes y piedras preciosas con este material. En este caso el gasto mínimo es de 3.500 euros.

Fuera de Galicia, en Alicante, Barcelona o Málaga, hay una gran oferta de joyas hechas con leche materna, dientes de leche, pelo y tenedores. El primer caso es el de la barcelonesa Begoña Prats, que lleva tres años en el negocio y en sus inicios vía Facebook llegó a tener más de 1.000 pedidos. La castellana Leticia Giménez tiene lista de espera y está muy unida a su trabajo porque fue madre lactante y Octavio Rosado, de Joyería Hago, ofrece joyas con cubiertos, una técnica que aprendió su padre de joven en su época hippie ibicenca.

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