Entre sus múltiples facetas, el experto preside la Sociedad Española para el Estudio de la Violencia Filio-Parental y también la comisión rectora del programa RecURRA-GINSO, en el que trabajan 108 profesionales y por el que han pasado más de 700 jóvenes. Es una alternativa al proceso judicial que se deriva tras la denuncia de los progenitores a sus hijos y del que solo el 30 por ciento de los jóvenes lo superan con éxito. "El 70 por ciento restante desde el primer día en un centro de menores se plantea que hará pagar a sus padres por lo que le han hecho, y el odio no es menos fuerte que el amor", subrayó el pedagogo terapeuta.

De las víctimas de los propios hijos, "el 100 por cien son las madres y el 50 por ciento también son los padres", indicó Urra, que al respecto de los maltratadores consideró altísimo el porcentaje de hasta un 40% del sexo femenino. Del total, el 42% asegura que ha sido acosado escolarmente. "Como no puede con el grupo se vuelca contra sus padres. Pasa de víctima a maltratador y podría tratarse además de un antecedente de violencia de género", afirma.

A través de RecURRA-GINSO, que tiene un porcentaje de éxito inverso al de los centros de menores, con un 70%, se les priva de teléfono móvil, ordenador, tabaco... "No hay nada salvo el estudio, deporte y las terapias individuales y grupales", señaló Urra, que admitió que algunos de los jóvenes tienen trastornos mentales pero que en la mayoría de los casos "son niños y padres que se quieren querer pero que fallan, son como dos imanes mal colocados, es la patología del amor".

Con 32 años a sus espaldas como psicólogo en la Fiscalía de Menores, el que fue el primer Defensor del Menor manifestó que "al final los tipos de violencia se unen".