La Diosa Fortuna visitó Vigo con motivo de la tradicional lotería de Navidad, y así quedo patente ayer en barrios como Coia, donde el azar hizo que decenas de afortunados puedan disfrutar del quinto premio que traía bajo el brazo el 18596. En el centro comercial Alcampo se vendieron 150 décimos de este número, lo que se traduce en 900.000 euros a repartir entre todos los vecinos que hayan apostado por él. El kiosco Milucha de la Florida y el bar Aldeana en Rosalía de Castro no se quedaron atrás y también vendieron décimos de este número, muchos de ellos por máquina.

"Hoy repartimos premio y llevamos muy buena racha últimamente. Estamos abonadas al quinto premio, ya que el año pasado vendimos un décimo premiado y en 2016 otros 10", comentó emocionada la administradora de las loterías del Alcampo, Eva Díaz. Tras descorchar varias botellas de champán, celebrar y acabar de creerse el gran pellizco que repartirán entre los vecinos, Julia, una de las empleadas, miraba con alegría el cartel con el 18596. "Me hubiera gustado que tocara aquí el Gordo pero no sé por qué siempre damos quintos premios. Lo que se van a repartir todos nuestros afortunados son 900.000 euros, lo que da de sobra para unas Navidades muy felices", comentó. A medida que se corría la voz por el centro comercial eran más los curiosos que se acercaban a comprobar si habían sido premiados o simplemente a brindar con las empleadas de la administración por su éxito.

"Compré un décimo aquí pero no tuve premio. Todos los años cojo en el Alcampo la lotería de Navidad y me acabo de enterar de casualidad de que repartieron el quinto porque vine a hacer la compra", explicó Conchi, una vecina del barrio. A su lado, Mercedes buscaba nerviosa en sus bolsillos parte de su lotería, para poder acercarse a la ventanilla de la administración y comprobar si había resultado afortunada. "Este año compré aquí varios décimos, espero que me haya tocado algo", afirmó nerviosa mientras esperaba a que le atendiesen. Algunos como Alfredo tuvieron falsas alarmas, ya que con la emoción del momento al pasar por delante de la administración pensó que tenía un décimo premiado. "Acabo de comprobar mi décimo y solo me coincide la terminación con el número del quinto. Me precipité, aunque siempre hago la primitiva aquí y me han tocado 100 euros varias veces", indicó.

Tras el revuelo inicial, el resto de la mañana continuó la fiesta y fue incesante el goteo de gente que se acercó a echar la Quiniela y la Bonoloto. A pocos kilómetros, la emoción también inundaba la Avenida de la Florida, ya que el kiosco de Milucha vendió décimos del quinto premio. "Es la primera vez que repartimos un premio grande de Navidad. Estábamos trabajando tranquilos y nos enteramos porque nos llamó la radio", confesó Maite, una de las empleadas. La dueña del establecimiento, Milucha, estaba exultante y miraba con orgullo el cartel del escaparate en el que se anunciaba que el quinto "cayó allí". "Esperaba que tocase el primero pero me conformo con el quinto. No sabemos el número de personas agraciadas porque con la venta por máquina es imposible", aclaró la responsable, a lo que añadió que "tienen esperanzas en volver a traer fortuna en el Sorteo del Niño". Tras la sorpresa, muchos vecinos se acercaron a darles la enhorabuena y lamentarse con humor de no haber comprado allí la lotería en esta ocasión.

En el bar Aldeana, en el corazón de la calle Rosalía, tienen pocas esperanzas en descubrir quién ha sido la persona que se ha llevado un pellizco de 6.000 euros. El agraciado compró un décimo con el número 2.308, un quinto premio, a través de la máquina automática de la cafetería. "Por aquí pasa mucha gente, le pudo haber tocado a cualquiera", aseguró Bruna Pereira, una de las camareras del local. Hace dos años ya vendieron otro premio idéntico, y nunca conocieron la identidad del agraciado. El bar Aldeana solo distribuye décimos salidos de los terminales automáticos. Esto, según los empleados, provoca que "no se venda mucha lotería, pues a la mayoría de personas les sigue gustando el décimo físico clásico".A su vez, la suerte también recayó en Vincios (Gondomar) donde se vendió un décimo de este quinto premio que tantas alegrías trajo consigo a la provincia.