La ballena de grandes dimensiones que el viernes quedó varada en la costa de Oia, ha resultado ayer atractivo turístico para cientos de personas que quisieron ver el cetaceo muerto. Así se trasladaron al lugar numerosas familias, especialmente con niños pequeños.

El animal, de 19,5 metros de largo y unas 30 toneladas,ha comenzado su proceso natural de descomposición y el hedor comienza a notarse en la zona.

La Administración está estudiando como deshacerse del cuerpo, cuya retirada por tierra parece complicada. La subdelegada del Gobierno ofreció ayer el apoyo para la retirada a la alcaldesa de Oia, Cristina Correa. La Capitania Maritima de Vigo en colaboración con el 112 coordinarán el operativo.

Por otra parte científicos del CEMMA (Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños) procedieron ayer a la recogida de nuevas muestras del animal realizando un agujero en su cuerpo de un metro, con el objeto de conocer las causas de la muerte. La aparición de esta ballena muerta, 24 horas después de otra en Bueu, está siendo estudiada por si existiese alguna vinculación.