Los premios Nobel cuentan desde ayer con dos nuevas mujeres en su olimpo de laureados, después de que la canadiense Donna Strickland y la estadounidense Frances Arnold recibieran el galardón de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia. Dos mujeres laureadas en categorías científicas en el escenario de la Sala de Conciertos de Estocolmo es una imagen poco habitual como lo demuestra que Strickland es la tercera Nobel de la historia en Física y Arnold la quinta en Química, lo que aumenta a 52 el número de premiadas del total de 935 desde 1901.

La ceremonia comenzó con unos inusuales seis minutos de retraso y la imagen más llamativa fue la del premiado de Medicina Tasuku Honjo que vestía el tradicional kimono japonés, frente al frac de resto de laureados hombres. El acto estuvo presidido desde el escenario por los reyes Carlos Gustavo y Silvia, junto a la princesa heredera Victoria y su esposo, el príncipe Daniel.

Tras ellos entraron los premiados: dos mujeres y siete hombres, pues el laureado en física Arthur Ashkin, el más anciano de la historia con 96 años había excusado su presencia y recogió el premio su hijo Michael. Sobre el escenario faltaba además un nobel de Literatura, aunque no hubo ninguna referencia a esa ausencia. El premio fue aplazado al año que viene debido a la crisis de credibilidad vivida en la Academia Sueca salpicada por un escándalo de abusos sexuales y filtraciones.

En sus palabras iniciales, el presidente de la Fundación Carl-Henrik Heldin habló de cambio climático, justo mientras se celebra en Katowice (Polonia) una nueva cumbre del clima. En el tono comedido que le caracteriza y sin mencionar nombres que estaban en la cabeza de los asistentes, Heldin calificó de "profundamente preocupante que influyentes líderes mundiales estén negando la conexión, a pesar de las abrumadoras evidencias científicas, entre nuestro estilo de vida y el cambio climático". Líderes que están "impidiendo que se tomen las medidas necesarias", señaló Heldin.

En una ceremonia marcada por la tradición, la presentación del Nobel de Medicina se salió de los cánones, cuando el profesor Klas Kärre del comité Nobel, hizo que la orquesta ejerciera de sistema inmunológico y pusiera música al funcionamiento de las células T. El estudio de esas células sirvió al estadounidense James Allison y a Honjo para desarrollar la inmunoterapia, un nuevo paradigma en la lucha contra el cáncer.

Los premiados de Física, Ashkin, Strickland y el francés Gerard Mourou han destacado en sus trabajos con láseres, creando herramientas hechas de luz con aplicaciones en campos como la medicina. Los estadounidenses Arnold y George Smith, junto al británico Gregory Winter han desarrollado enzimas para una química más ecológica y anticuerpos que salvan vidas, lo que les ha dado el premio de Química. Los estadounidenses William Nordhaus y Paul Romer lograron el Nobel de Economía por profundizar en las causas y consecuencias del cambio climático y la innovación tecnológica, desarrollando herramientas que amplían el análisis económico y permiten pensar en el futuro "de nuevas y mejores maneras".

Heldin tuvo también palabras para Denis Mukwege y Nadia Murad, que recibieron el Nobel de la Paz en otra ceremonia, celebrada Oslo, por sus esfuerzos para acabar con la violencia sexual como arma de guerra.