"He Jiankui ha sobrepasado claramente una línea roja". Con esta rotundidad censura la bioquímica Emmanuelle Charpentier, cocreadora junto a Jennifer Doudna de la técnica de edición genética CRISPR-Cas9, el experimento del científico chino He Jiankui, quien, por primera vez en la historia, ha manipulado genéticamente el ADN de un embrión humano para lograr dos bebés inmunes al virus del Sida. Charpentier se muestra "sorprendida y muy preocupada" por las afirmaciones de Jiankui, aunque insiste en que se debe esperar a que la investigación se publique en un artículo convenientemente revisado por pares y con todas las evidencias científicas que respalden al investigador chino.

Charpentier -que ganó ex aequo con Doudna el premio "Princesa de Asturias" de Investigación Científica y Técnica por inventar la técnica CRISPR-Cas9, conocida como el "copia y pega genético"- insiste en que Jiankui ha actuado de forma "irresponsable". "Ha realizado su investigación ignorando las inquietudes de la comunidad científica internacional con respecto a la seguridad de la edición de la línea germinal humana".

La bioquímica recuerda que un informe de la Academia de Ciencias de Estados Unidos, publicado en 2017, concluyó que "se pueden permitir ensayos clínicos de edición de genomas hereditarios después de una investigación preclínica, revisada por pares, que clarifique los potenciales riesgos y beneficios, solo por razones médicas convincentes en ausencia de alternativas razonables, y con la máxima transparencia y una supervisión estricta". El informe, insiste Charpentier, reseñaba también la necesidad de que estas investigaciones se enfoquen con cautela y la participación del público. "Este no ha sido el caso con el estudio de He Jiankui", afirma.

"Creo firmemente que la edición de genes en células embrionarias humanas es crucial para fines de investigación, porque beneficia la comprensión del desarrollo temprano de la vida que podría ayudar a dilucidar los mecanismos subyacentes al desarrollo de ciertas enfermedades", reflexiona Charpentier, quien avala el potencial de esta tecnología. Pero la bioquímica remarca una frontera, que Jiankui ha traspasado: "Estos tratamientos están dirigidos a pacientes que ya padecen una enfermedad".

"Cualquier otra forma de uso de la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9 en seres humanos está prohibida en Europa y es ilegal en Estados Unidos, y con razón", afirma Charpentier. Porque, a su juicio, "todavía estamos en una etapa muy temprana de entendimiento de todas las implicaciones de la edición de genes en células humanas, y sería irresponsable aplicar esta tecnología en la línea germinal humana. Los cambios realizados son irreversibles y pasarán de una generación a la siguiente".

"Para evitar cualquier uso indebido", añade la bioquímica, "apoyo firmemente una regulación estricta en la investigación en células embrionarias humanas y estoy claramente en contra del uso de la técnica de edición genética CRISPR-Cas9 para la mejora humana".

En medio de la controversia global por su experimento, He Jiankui participó ayer en el segundo Congreso de Edición del Genoma Humano, que se celebra en Hong Kong. Ante un auditorio abarrotado, Jiankui se mostró "orgulloso" de su trabajo y garantizó que los bebés, las gemelas Lulu y Nana, están sanos, pero anunció la suspensión de sus investigaciones debido a la polémica.

He Jiankui reveló, no obstante, que un total de ocho parejas, todas ellas con padre seropositivo y madre sin carga viral, se habían presentado voluntarias a los ensayos clínicos. Aunque una de las parejas se retiró, las otras continuaron las pruebas. El científico chino reveló que otra de las mujeres que participó en el ensayo clínico está embarazada de un bebé con los genes modificados igualmente para resistir una posible infección con VIH, el virus del Sida.

Las revelaciones de Jiankui causaron estupor en el congreso, donde además existe la creencia de que el científico chino adelantó el anuncio del ensayo clínico para hacerlo coincidir con el inicio de la reunión científica, en una maniobra publicitaria. Algo que Jiankui ha rechazado, escudándose en que fueron las filtraciones la que le obligaron a revelar el experimento.

"Locura"

Dentro del país asiático, el experimento de He Jiankui ha sido recibido con críticas unánimes y la convicción de que puede afectar de forma crucial al prestigio de la investigación científica en el país. Un grupo de 122 científicos ha firmado una carta en la que tilda el ensayo clínico de "locura". Por su parte, el hospital Harmonicare, que supuestamente habría acogido el experimento, negó su implicación en el ensayo y aseguró que el documento en el que supuestamente da su autorización ha sido falsificado.

Por su parte, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China ha anunciado una investigación para aclarar "seriamente" lo ocurrido. El viceministro, Xu Nanping, precisó además que, de ser cierto que las niñas han nacido, sería ilegal, toda vez que el país limita a 14 días la investigación de células madre embrionarias.