"Yo empecé el libro pensando que Concepción Arenal era una dama de la caridad, una mujer dedicada a las cárceles y a la mejora de la vida de los presos hasta que comprendí que su vocación era la filosofía, ella era una pensadora", aseguró ayer la escritora Anna Caballé en la presentación de la biolgrafía "Concepción Arenal. La caminante y su sombra" (Taurus).

La biógrafa desgranó ayer la obra en Club FARO, acompañada por el alcalde de Vigo, Abel Caballero, Federico Cantero, taratanieto de Arenal (1820-1893). El primero agradeció la publicación de la obra sobre Arenal. "Fue una mujer fundamental en la conformación de pensamientos modernos que hizo un tratamiento pausado, científico y apasionado de su forma de entender el feminismo, el derecho y su sociedad en un momento en el que de forma tan peyorativa ser mujer era un horrible hándicap. Hoy está habiendo una revolución en el feminismo y Arenal marcó aquella senda", recalcó Caballero.

Por su parte, también entusiasmado con el "magnífico trabajo" de la biógrafa catalana se mostró Federico Cantero, que recordó que la investigación de Caballé sobre su tatarabuela comenzó hace cuatro años. "Arroja luz sobre su vida personal prácticamente desconocida hasta ahora porque la propia Arenal preservó mucho su intimidad e hizo todo lo posible por borrar sus huellas", explicó. "La biografía aborda sus causas en la defensa de la mujer, los pobres y los presos, sus aportaciones al mundo del derecho y también la descubre como filósofa", agradeció Cantero, que cada año acude a Vigo al homenaje que Concello y la asociación Diálogos 90 -muchas de sus integrantes presentes ayer en el auditorio municipal del Areal- tributan ante la tumba de su predecesora en el cementerio de Pereiró. "Hay mucha obra sobre Arenal pero faltaba una historia más humana, de sus dolores, esperanzas y compasión en las que se asienta una gran parte de sus reflexiones, por eso quiero agradecer que se muestre de carne y hueso, en su juventud, con sus pasiones, sus luces y sus sombras y, en definitiva, como todo ser humano", dijo Cantero.

La propia autora admitió sentir cierta congoja por presentar la obra en Vigo, "una ciudad que ama a Concepción Arenal y que la ha recordado todo el tiempo desde que murió". Profesora de Literatura Española en la Universidad de Barcelona y responsable de la Unidad de Estudios Biográficos de dicha institución, Caballé firma un proyecto que surgió "casi por encargo" ya que hace cuatro años le propusieron escribir sobre una española eminente dentro de una serie que en sus primeros nueve títulos tan solo había abordado las vidas de ilustres varones. "Si hay que hablar de una española eminente es Concepción Arenal porque nadie reúne más condiciones que ella para ese enunciado", aseveró Caballé.

Durante su investigación, la también crítica literaria descubrió a una joven ferrolana impulsiva y apasionada; a una hija a la que la temprana pérdida de su padre marcó para siempre y que nunca citó a su madre en ninguno de sus muchos textos; a una mujer excéntrica que nunca aceptó vestirse conforme a su época y que adoptó un estilo severo como protección ante los demás; a una viuda que sufre una crisis vital tras la pérdida de su marido y que se refugia con sus hijos y su perro en Potes (Cantabria); a una liberal que aboga por una reforma educativa y del papel de la mujer; a una madre que acompañó a su hijo Fernando en el peor momento de su trayectoria profesional en Gijón; y a una anciana "vencida físicamente" que pasó en Vigo sus tres últimos años sin salir de casa pero sin renunciar a escribir. "Estaba aislada del mundo pero no de su vocación ni su objetivo que era ser útil a los demás", subrayó. Pese a su edad y su deterioro físico, llegar a la ciudad olívica fue para ella "una liberación". Y fue en Vigo donde hizo la tercera revisión de su obra "El pauperismo" y donde escribió "El visitador del preso" y donde falleció antes de que fuesen publicadas.

Todas estas mujeres fue Concepción Arenal, a la que sobre todo Caballé redescubrió como una gran pensadora. "En el siglo XIX ella no podía aparecer en la sociedad publicando un libro de filosofía porque hubiera sido inapropiado. Ella lo comprende así que consigue articular su vocación filosófica y al mismo tiempo tratar graves problemas en la sociedad de su tiempo como la pobreza o la de los presos", recalcó la biógrafa.