La iglesia americana, especialmente en Chile y en Estados Unidos, se ha convertido en los últimos meses en la gran cruz del pontificado del papa Francisco, por los distintos escándalos de abusos sexuales por parte de sacerdotes. Además, en mitad de esta tormenta que convulsiona a los fieles americanos, el pontífice se ha convertido en la diana de los sectores ultraconservadores, que por boca de un controvertido exnuncio en Estados Unidos, el arzobispo Viganò, tratan de forzar su renuncia acusándole de ocultar algunos de esos abusos y, en concreto, los del cardenal McCarrick. Ahora, además, por todo Estados Unidos empiezan a proliferar las investigaciones por parte de distintos fiscales para depurar responsabilidades, como ya hizo el estado de Pensilvania, cuya Corte Suprema emitió un informe demoledor donde identificaba a unos 1.000 menores víctimas de clérigos.

En siete estados de EE UU se han puesto en marcha averiguaciones de distinta índole relativas a abusos de menores y la inacción de la Iglesia para atajarlos. Los fiscales generales de Nueva York y Nueva Jersey anunciaron, el jueves, pesquisas para arrojar luz en una oscura realidad que la Iglesia arrastra desde hace décadas. También se han anunciado actuaciones similares también en, al menos, Nuevo México, Illinois, Misuri y Nebraska, y medios locales han informado de lo propio en Florida. Algunas de las investigaciones sobre las propias diócesis y otras instituciones ligadas a la Iglesia por su gestión y posibles encubrimientos de casos de abusos sexuales en distintos puntos del país se deben a que algunos de los clérigos acusados en Pensilvania fueron enviados luego a otros lugares de Estados Unidos.

"El gran jurado de Pensilvania expuso la corrupción podrida dentro de la jerarquía de la Iglesia. Demostró a todos, en EE UU y probablemente en el mundo, que lo que pasa en Pensilvania pasa en todas las diócesis del mundo. No hay vuelta atrás", incidió el presidente de la red nacional de supervivientes de los abusados por los clérigos (SNAP), Tim Lennon.

Recientemente, en Wyoming la Policía local de Cheyenne reabrió una investigación sobre supuestos abusos cometidos entre los años setenta y noventa en la diócesis del área,. En Estados como Rhode Island y Nueva York, legisladores y otros colectivos han reclamado reformas de las leyes que mejoren el amparo a las víctimas.