Estudió Bellas Artes con la intención de convertirse en una creadora y exponer su obra, pero sus primeras experiencias laborales en el Museo Marco y en otras instituciones culturales gallegas despertaron su interés por la educación. Siguió formándose en Galicia con experiencias en Londres y Zúrich, se mudó a EE UU en 2013 y, en la actualidad, Lidia Costa (Vigo, 1986) es profesora de Secundaria y en un college universitario de New Jersey, además de supervisora de la Administración.

"Nuestra generación tuvo que aprender a salir y no cerrarse las puertas al futuro. Yo sabía que quería dedicarme al arte y que no iba a dejar que ninguna frontera o lugar me limitase. Y durante los últimos 5 años he tenido muchas oportunidades de crecer profesional y personalmente. Vivir en el área metropolitana de Nueva York te permite aprender continuamente y ha sido muy enriquecedor", celebra.

Tras acabar Bellas Artes en Pontevedra, Lidia obtuvo en Santiago el máster de Arte, Museología y Crítica Contemporánea de la Universidad de Santiago al mismo tiempo que cursaba estudios de Traducción e Interpretación -solo le queda un año-. Y en 2012 también acabó el máster en Educación de la Universidad de Vigo para poder impartir clase en Secundaria.

Por razones personales acabó en EE UU en 2013: "En Nueva York hay muchas oportunidades en el mundo del arte, pero también es muy competitivo. No fue fácil pero acabé teniendo oportunidades buenísimas para trabajar en galerías con obras de los artistas que admiraba. Después entré en el departamento de educación del International Center of Photography y eso me abrió más puertas".

Su paso por el Brooklyn Museum, el segundo más importante de New York, decantó su futuro: "Quería programar mis propias actividades, decidir qué quería que aprendiesen los alumnos, así que decidí estudiar para obtener la certificación de profesora de Secundaria para el Estado de New Jersey".

Desde hace dos años también es docente en el UC College y su interés por mejorar la formación artística y su valoración dentro del sistema la llevó a ser miembro del comité encargado de elaborar los programas educativos para los centros.

Pero Lidia no se quedó ahí y en junio acabó un posgrado en Liderazgo Educativo y Administración para obtener el certificado de supervisora. "Trabajaré con profesores para impulsar su desarrollo profesional. Más que evaluarlos se trata de guiarlos para mejorar la formación y que sean más innovadores", explica.

"En Nueva York hay muchísima más presencia del arte que en España y se le da mucha importancia a este mercado, pero en la educación la situación es similar. No todo el mundo ve esta formación como algo positivo y necesario y no cuenta con el apoyo que debería. Por eso me quise meter más a fondo. Hay que mejorar la visión de la educación artística y sus posibilidades y yo quería ayudar", añade.

Lidia aboga por una educación multidisciplinar y apunta a las investigaciones que indican que cursar materias artísticas favorece el éxito en el estudio de las demás. Y va más allá: "Incluir estas disciplinas en los planes da a los alumnos una visión del mundo más real y también creatividad para afrontar los problemas. En mis clases, por ejemplo, utilizamos el diseño social para proponer soluciones a casos reales que sean posibles económicamente y que funcionen".

Las materias que imparte están relacionadas con las nuevas tecnologías. Ella misma, que empezó con la pintura y el dibujo, ha acabado por convertirse también en artista visual. Y aunque sigue desarrollando su propia obra y exponiendo, la viguesa está volcada en despertar en sus alumnos el mismo entusiasmo que siente ella.

"Las nuevas tecnologías, además de un mercado laboral importante, constituyen también nuevos lenguajes con los que comunicarse o reivindicar un mensaje. El año pasado mis alumnos expusieron en la School of Visual Arts de New York, una de las universidades más relevantes en este campo. Tenían que mostrar su visión de EE UU con fotografías y el resultado fue muy interesante, desde los mensajes muy críticos hasta los positivos", destaca.

Muchos de esos estudiantes tienen orígenes foráneos como ella y "aprenden" unos de otros: "Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué fue la interculturalidad, que me hizo sentirme más aceptada. Jersey City tiene la mayor diversidad de EE UU y esto te enriquece y te hace más tolerante. Por eso no se entendió lo de Trump, pero esperemos que solo sea un ciclo".