En apenas 24 cayeron sobre la comunidad gallega más de 3.000 rayos, casi la mitad de ellos en la provincia de Lugo durante la madrugada de ayer. Tras las tormentas eléctricas que dejaron el martes al mediodía cerca de 40 rayos sobre Vigo la inestabilidad regresó a las diez de la noche del martes, con decenas de destellos que pudieron verse desde prácticamente toda Galicia si bien la costa litoral se libró de las descargas, que se cebaron con las áreas de montaña de Lugo y Ourense, donde estaba decretada la alerta amarilla.

A pesar de que por la noche no cayó prácticamente ningún rayo sobre la comarca de Vigo, la tormenta eléctrica sí pudo sentirse con la imagen y el sonido de cientos de rayos en el horizonte que descargaron en el Atlántico, frente al sur de la provincia y el norte de Portugal. Una treintena de ellos sí tocaron tierra pontevedresa, concretamente en los municipios de A Guarda, O Rosal y Oia.

"No es algo habitual pero tampoco excepcional", subrayó desde Meteogalicia Santiago Salsón, que recordó que la inestabilidad se produjo por "la entrada de una bolsa de aire frío en altura que colisionó con el aire cálido en superficie". Eso provocó en las primeras horas un fenómeno similar al de la gota fría del Mediterráneo, con intensos aguaceros y mucho aparato eléctrico.

Esta confluencia de aire frío que baja con el aire caliente que asciende provocó tormentas diferentes a las habituales en Galicia durante el verano, más habituales en zonas de montaña. "Estas tormentas pueden surgir en cualquier parte, son más organizadas, más alineadas con una zona de convexión más amplia", explicó Salsón, coordinador del departamento de Observación y Climatología de la agencia gallega. De hecho, la tormenta que desde la medianoche hasta las seis de la madrugada asoló la provincia de Lugo siguió una línea continua desde Monforte, Sarria y la Terra Chá hasta Ribadeo, con más de 1.500 rayos solo en esa provincia, provocando problemas eléctricos y también varios incendios en los que no hubo que lamentar daños personales.

La magnitud de la cifra se queda pequeña comparándola con otras tormentas que asolaron recientemente la comunidad gallega. De hecho, el récord del año pasado está en los 9.562 rayos que cayeron el 26 de mayo sobre Galicia (18.271 incluyendo los que descargaron en el mar, norte de Portugal, y el oeste de Asturias y Castilla y León). Solo ese día se contabilizó el 20 por ciento de todos los rayos que cayeron a lo largo del año pasado.

Sí se superaron todos los registros en el ámbito nacional el pasado mes de agosto, que con más de 776.000 rayos detectados se convierte en el mes natural con más tormentas y rayos en lo que va de siglo, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).