Los vigilantes de seguridad que intentaron parar al miembro de La Manada Ángel Boza tras robar unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla el pasado 1 de agosto ratificaron ayer ante el juez que instruye el caso el intento de atropello por parte de este al salir del aparcamiento cuando huía. Boza fue detenido poco después por la Policía Local. Este miembro, el más joven de La Manada, condenado junto a los otros cuatro a nueve años de prisión por abusos sexuales a una joven, fue enviado a prisión provisional sin fianza por un delito de robo con agresión tras tratar de atropellar a dos vigilantes de seguridad -que resultaron heridos- que lo perseguían tras robar unas gafas de sol en un centro comercial de Sevilla.

Según su abogado, Agustín Martínez, declararon los tres vigilantes que intervinieron en la retención de Boza y un cuarto encargado de las cámaras de seguridad de los grandes almacenes. Todos ellos ratificaron el contenido de su denuncia, si bien el letrado calificó de "bastante exagerado el hablar de un intento de atropello". "Se produce un intento de pararlo y, como consecuencia, en algún momento se produce un roce al salir del aparcamiento, de eso a un intento de atropello hay un salto de calidad importante", manifestó el abogado, que añadió que pedirán su puesta en libertad.