La profunda crisis en la que sumió a Vigo la I Guerra Mundial y la cada vez mayor tensión social dio lugar a una movilización histórica de la que se hicieron eco todos los periódicos de la época. "Vigo siempre ha sido una ciudad que ha defendido lo que es suyo; nunca ha sido una ciudad conformista", afirmó José Ramón Cabanelas.

Así, el 7 de abril de 1916, 30.000 vigueses (más de la mitad de su población) inundaron las calles de la ciudad para protestar contra la carestía de productos de primera necesidad, la subida de los precios y la falta de trabajo. Esta movilización, según Cabanelas, sería el germen de las huelgas generales que se sucederían después en todo el país para exigir acciones al Gobierno de Eduardo Dato para paliar esta situación. Asimismo, en Vigo se constituyó la comisión municipal de subsistencia, que presidió el alcalde Francisco Lago.

"Tras la histórica movilización de Vigo, la gente sintió que era necesario movilizarse para que el Gobierno reaccionase", explicó el conferenciante.

Cabanelas, cuya conferencia presentó en el Auditorio Municipal do Areal el presidente del Instituto de Estudios Vigueses, Xoán Carlos Abad, aseguró que la que más sintió el impacto de la guerra fue la clase obrera, que vio como los precios de los productos de primera necesidad subían desorbitadamente mientras que los sueldos apenas crecían y muchos vigueses se quedaban sin empleo. Según el investigador, las patatas subieron un 120%, los huevos un 130% y el trigo un 115% durante la contienda bélica. "La crisis económica fue impactante. Fue un periodo muy negativo para Vigo", sentenció Cabanelas, que calificó la I Guerra Mundial como la "guerra total", donde aparecieron la mayoría de las armas que hoy conocemos.