No somos ingenuos, no esperábamos que Rebelde entre el centeno estuviera a la altura de un personaje tan inmenso como J.D. Salinger y que hiciera justicia a su enigmática figura relatando la época de su vida menos misteriosa: aquellos años en los que luchó por ser un escritor reconocido sufriendo los varapalos abrasivos de un desengaño amoroso brutal con Oona O'Neill y su experiencia en la II Guerra Mundial.

Lastrada además por un protagonista que es un monumento a la sosería, "Rebelde entre el centeno" encuentra su clavo ardiendo precisamente en el elemento más perturbador de todos: la presencia de Kevin Spacey. El ahora apestado de Hollywood roba toda la atención en sus escasas apariciones y ofrece todo un recital de cómo rescatar de lo superficial a su personaje: la escena final en la que se reencuentra con su anterior protegido ya convertido en una eminencia y se muestra abatido y digno a la vez es prodigiosa...