Cuando viajaron a Mayo Rey acompañados por dos ingenieras del Grupo de Ingeniería del Agua de la Universidad de A Coruña para ver si había posibilidad de encontrar agua en su subsuelo, no podían imaginar que el tan preciado elemento fuera tan abundante en este lamidato [variación local de la palabra árabe emirato] del norte de Camerún. "En su subsuelo hay agua como para inundar la ría de Vigo", asegura Carlos Prado, vicepresidente de la ONG Pozos de Agua Mayo Rey, que preside el juez y exalcalde de Vigo Ventura Pérez Mariño. Fue este quien empujó al publicista, director de la agencia Ecovigo, a embarcarse en esta aventura, y con quien realizó, en 2010, su primera expedición al país africano.

Explica Prado que las precipitaciones que se registran en la región norte durante los dos meses de lluvias son tan abundantes como para abastecer a sus habitantes durante el resto del año. Sin embargo, el estudio en el terreno reveló que las poblaciones carecían de infraestructuras para retener o extraer el agua de los manantiales subterráneos, por lo que las mujeres, que son quienes se encargan de traer el agua a casa si en esta no hay niños, se veían obligadas a recorrer diariamente largas distancias hasta encontrarla. Y continúan haciéndolo en muchos poblados que carecen de un pozo. "El problema es que el agua es insalubre y provoca enfermedades, sobre todo infecciones intestinales. El agua de calidad se enuentra a una profundidad de 60 metros", explica.

La solución para la ONG estaba clara: construir pozos. La dificultad estaba en cómo extraer el agua desde esa profundidad. "Se necesitaba una bomba, pero ¿cómo hacerla funcionar si no hay electricidad y el combustible es prohibitivo?", continúa el cooperante. La respuesta se la dieron en la Universidad de Vigo, donde diseñaron un sistema de placas solares para suministrar energía a las bombas.

Solucionado el aspecto técnico, quedaba el económico: cerca de medio millón de euros para hacer realidad un sueño."La idea fue nuestra pero el mérito es de la sociedad viguesa, que se volcó con el proyecto", asegura.

Desde 2012, la ONG ha construido 39 pozos que abastecen de agua potable a más de 200.000 personas de unas 25 poblaciones. "Un requisito para construir un pozo es que el poblado tenga escuela para que así los niños no pierdan clase para tener que ir a buscar agua, sino que esto forme parte de ir a la escuela", explica. Todos los pozos de Mayo Rey llevan el nombre de Vigo más el de una mujer. "Porque creemos que Vigo es un nombre femenino", puntualiza.

Prado regresó este año a Mayo Rey tras dos años sin poder ir debido a la inestabilidad política en la zona, y no solo constató que de los 29 pozos que había construido la ONG hasta 2014 solo uno no funcionaba, sino que había diez más.

"Dentro del proyecto formamos a dos habitantes de Rey Bouba [capital del lamidato] en la construcción y mantenimiento de pozos. Realizaron prácticas en empresas de Galicia y después trabajaron como ayudantes del pocero. Ahora ya no necesitamos llevar a un técnico porque ya lo tenemos ahí. Ahora nuestra labor es darles apoyo logístico y técnico, y cariño", explica.