"La productividad y poder llegar a todo depende de uno mismo". Así lo aseguró ayer Agustín Peralt, doctor en Administración y Dirección de Empresas, profesor universitario y autor de "Lidérate" (Plataforma Editorial), donde explica su método, FASE, para ser más eficientes en el trabajo y llegar al final del día con más energía. "El equilibrio entre la vida personal y profesional es algo innegociable", aseveró el invitado del Club FARO, a quien presentó Elba Pedrosa, consultora y delegada en Galicia de la Fundación Creativación.

Pero para lograr esta meta, es preciso ser eficiente y eficaz, es decir, hacer las cosas de manera correcta sin desperdiciar tiempo, aprovechando cada minuto sin distracciones, y pone atención en lo que realmente es importante para lograr los resultados esperados. Según Peralt, quien consigue mejorar su productividad, organizando el tiempo de forma óptima, invierte menos tiempo en hacer las mismas cosas y logra ser más feliz.

El problema es que no sabemos cómo ser productivos porque es algo que no se enseña en las escuelas. "Hay que hacer un llamamiento para que, al igual que la inteligencia emocional, hoy es una realidad en las instituciones educativas, enseñemos a nuestros hijos a ser productivos", aseveró Peralt, que matizó que no gestionamos tiempo, sino energía. Por ello, es importante aprender a "recargarnos" a lo largo del día para que el trabajo no nos impida disfrutar de nuestra vida personal.

Peralt aseguró que una de las claves de la productividad es evitar las distracciones. Sin embargo, son numerosos elementos en el día a día que distraen nuestra atención, como estar constantemente pendientes del email, el WhatsApp y las redes sociales. "Las tecnologías vinieron para ayudarnos, pero vivimos en un mundo superconectado que nos aleja de las cosas realmente importantes", afirmó el experto, con más de quince años de experiencia directiva en multinacionales. En este sentido, alertó de la cada vez más adicción a la tecnología y abogó por dejar aparcado el móvil en los momentos que se comparten con amigos y familiares. "No puedes pretender que tu hijo no esté pendiente del móvil si cuando estás jugando con él, andas pendiente de la pantalla del tuyo", explicó.

El ponente reconoció que para llegar a ser productivo en el trabajo hay que tener disciplina para adquirir nuevos hábitos, algo para lo que se necesita fuerza de voluntad y energía, algo que a veces es difícil de mantener. Y para poder introducir y fijar esos nuevos hábitos, la motivación es fundamental, dijo. "Es como quien comienza a hacer deporte. Antes tiene que crear unos hábitos que una vez adquiridos van en piloto automático", dijo.

Y la productividad, como el deporte, tiene recompensa. "Ser productivo es complicado y requiere una metodología, pero siempre tiene una repercusión en los resultados de la organización. Cuando consigues que en tu organización la gente se organice menor, esto tiene premio", aseguró.

Hacer un mapa de prioridades para organizar el tiempo es también importante, dedicando las horas en las que se es más productivo a los asuntos importantes y los menos productivos a los que tienen menos importancia. Peralt no es partidario de hacer listas de tareas ya que, en su opinión, siempre se empieza por las menos relevantes y las que menos esfuerzo cuesta cumplir, creando una falsa sensación. Según su método, hay que fijar objetivos y asignarles las tareas que conducen a su realización. "Esto requiere autodisciplina, pero es importante dedicar un poco de tiempo a lo que realmente es importante y no a lo que te apetece hacer", dijo.

El autor de "Lidérate" aseguró que actualmente no hay empresas sencillas ni sectores sencillos, y para enfrentarse a esta nueva realidad es necesario el autoliderazgo, que el lo que pretende su método. Según Peralt, el autoliderazgo es una actitud y una habilitad. Una actitud como el individuo es el que asume la responsabilidad en las situaciones difíciles y una habilidad porque hay que liderar desde el ejemplo siendo eficaz y eficiente. "El éxito de las organizaciones depende del autoliderazgo", manifestó.

El autoliderazgo requiere disciplina personal y lo que Peralt denomina las cuatro "h". La primera es el hambre, es decir, lo que motiva a cada persona para hacer algo. La segunda es la honestidad con uno mismo. La tercera "h" es la de humildad, ya que también tiene que estar dispuesto a aceptar que necesita ayuda para aprovechar el tiempo sin distracciones. Y finalmente es necesario hacer, es decir, poner en práctica todas las herramientas para ser productivos.