Carlos Núñez juega con ventaja en casa, en su casa, Vigo. Ayer, lo demostró ante un Teatro Afundación repleto y muchas almas fuera suspirando por haberse quedado sin entrada. Su concierto de Navidad ha dejado en sus fans una huella imborrable por el calor humano, la calidad musical y la experiencia conjunta.

Parte del directo sirvió de autohomenaje al álbum que colocó su estrella en el firmamento musical internacional, y que salió publicado hace más de 20 años: A irmandade das estrelas.

Hubo también tiempo para rendir tributo a Martín Códax, uno de los tres artistas gallegos más universales -junto a Rosalía de Castro y Mestre Mateo- según apuntó el propio Núñez en una entrevista a FARO, realizada por Ana G. Liste y publicada en el suplemento Visado el pasado viernes.

Ese tributo consistió en tocar alguna de las cantigas de amigo. La sonoridad medieval se reforzó con instrumentos medievales. No hay que olvidar la demanda del gaitero de actuar en la urbe olívica ofreciendo un concierto exclusivo para las cantigas y con todos los instrumentos recuperados a imagen y semejanza de los tallados en el Pórtico da Gloria. Dicho directo fue ofrecido semanas atrás en la Catedral de Compostela, aunque al artista le gustaría ofrecerlo en su ciudad natal.

Durante todo el concierto, en el que Núñez también tocó una antigua gaita que suena sin soplar, el violinista así como la gaitera Brighde Chaimbeul, de Escocia, sorprendieron al público desde la parte trasera de la platea apareciendo tocando. En algunos momentos, además, invitaron a algunos asistentes a subirse al escenario y bailar con ellos, lo que revolucionó el teatro.

Un momento muy especial fue el dedicado a la Rianxeira pero también el dúo entre el violinista y Xurxo -hermano de Carlos Núñez- que hizo percusión con una maleta mientras bailaba claqué el violinista.

En la recta final, el propio Xurxo grabó un vídeo con toda la audiencia que servirá de mensaje navideño que propagarán por las redes pensando en el público que aguarda para verlos en breve en Madrid y Barcelona.

Al término del directo, Carlos Núñez bajó al puesto de venta de merchandising y discos para hacerse fotos con sus seguidores en una noche difícilmente olvidable.