Alegría sí, pero contenida. La celebración no es la misma en un pueblo cuando le toca la lotería a una familia que cuando los agraciados son varios vecinos de la localidad. "La pena es que no tocara en un bar de A Illa para que se repartiese entre la gente de aquí", lamenta uno de los bateeiros a los que ha sonreído la suerte este 22 de diciembre.

Esta familia no es de las que juegan cantidades importantes a la lotería, ya que el importe jugado de forma conjunta entre los cuatro hermanos y su padre fue de 180 euros: nueve décimos de tres números distintos.

Aunque no fue el Gordo, la Asociación de Festas Culturais de A Illa repartió 200 euros por décimo entre los vecinos.