26 años del Belén de Begonte

En la Terra Chá (Lugo), tres hombres, Sito, Carlos y Ramiro, -principalmente- se afanan cada año en la elaboración de un macrobelén que, a día de hoy, cumple 26 años y es Festa de Interese Turístico Galego, una distinción de la Xunta de Galicia.

Este nacimiento, de siete metros de ancho, busca plasmar cómo era la vida en una aldea del interior gallego en los años 60 del pasado siglo.

El Belén de Begonte -que contó este año como pregonero con Alfonso Cabaleiro, director de Galicia Calidade- cuenta con una característica destacada: presenta figuras animadas electrónicamente.

Todo comenzó en diciembre de 1972,el párroco José Rodríguez Varela pensó que qué mejor cosa que un Belén para poner a Begonte en el mapa al tiempo que introducía a sus feligreses en el clima navideño.

En un primer momento, se fijaron en un belén movido electrónicamente. En la primera edición, consiguieron igualar ese modelo para ir dándole mayor envergadura y piezas.

Año tras año, su obra fue creciendo e incluso le ha trascendido, ya que, tras la muerte del religioso, su hermano Jesús, también cura y ahora presidente del Centro Cultural de Begonte, tomó el testigo de seguir impulsando el nacimiento.

Xulio Xiz,portavoz del equipo del belén, explicó que, cada ejercicio, se incluyen nuevas figuras. En esta edición, se han sumado una que trabaja en la malla con el instrumento previo a las máquinas actuales; mientras que otra es un combatiente contra el fuego.

Como el espacio es limitado, la entrada de nuevas figuras obliga a otras a retirarse. Estas últimas arrancan, entonces, su 'nueva' vida en el Museo del Belén, que se puede visitar en un espacio anexo al nacimiento.

Todo a mano

Xulio Xiz recalca que todo está hecho a mano. Los edificios de este especial nacimiento fueron realizados piedrecita a piedrecita con mucho cuidado para reproducir las casas típicas de la zona.

Entre las figuras que se pueden ver, además de las clásicas de María, Jesús y José; figuran varios labradores que llevan las ovejas a beber al río, unos taladores que no dan cortado un árbol, varios labradores y también pescadores que no son capaces de capturar una trucha en el río.