El último fin de semana de octubre se despide con temperaturas de 30 grados, mientras en el horizonte asoma la posibilidad de lluvias, que podrían dejar el jueves, día 2, algo de agua sobre la comunidad gallega, aunque por ahora no se prevé que sean precipitaciones cuantiosas ni que se prolonguen en el tiempo, ya que la predicción a medio plazo señala que el domingo 23 podría regresar el tiempo seco.

Tras marcar una máxima de 32,1 grados este viernes -la segunda más elevada del mes tras los 32,3 grados del funesto 15 de octubre-, ayer las playas de Vigo volvieron a acoger a cientos de bañistas para disfrutar de una jornada totalmente veraniega de cielos despejados, práctica ausencia de vientos y el mercurio alcanzando los 29,7 grados con las mínimas ancladas en el entorno de los 20. Eso sí, fueron pocos los que se atrevieron a adentrarse en el mar, con el agua a una temperatura de 17 grados en O Vao, Samil y prácticamente similar en toda la ría.

Tras estrenar esta madrugada el horario oficial del invierno, las temperaturas hasta ahora veraniegas iniciarán hoy domingo un descenso progresivo de más de diez grados que continuará las próximas jornadas hasta quedarse las máximas por debajo de los veinte grados y las mínimas por encima de los 10. Será una caída lenta pero constante por la influencia del anticiclón, que permanecerá hasta el miércoles, festividad de Todos los Santos, aunque las bajas presiones se irán acercando progresivamente aumentando la probabilidad de lluvia entre el jueves y el domingo próximo, según señala Meteogalicia, que matiza que probablemente no serán lluvias muy cuantiosas pero que podrían afectar a cualquier punto de la comunidad.

Con los embalses que nutren a Vigo por debajo del 50 por ciento de su capacidad y a su nivel más bajo al cierre de octubre desde que hay datos, se prevé que las precipitaciones permitan superar la situación hidrográfica actual, con la cuenca del Verdugo, Lagares y Baíña en alerta de sequía junto a otras de la comunidad gallega. En concreto, el embalse de Eiras está al 48,3 por ciento de su capacidad y el de Zamáns al 44,4 por ciento, por lo que el Concello de Vigo lanzó este jueves la fase de alerta que consiste en informar a la población, la búsqueda de fugas y la supresión de baldeos, riegos, fuentes y bebederos que funcionan de forma continua para reducir el consumo en un 5 por ciento.

Octubre, por lo tanto, se despedirá tras catorce jornadas en las que se rebasaron los 25 grados. Pese a ser poco habitual, tampoco es algo excepcional, ya que en 2014 la media de las máximas de todo el mes se situó en 24,3 grados (por ahora la media de este octubre, aún sin concluir, está en 24,4) y fue en el año 2011 cuando se alcanzó la temperatura más elevada de los últimos años, con 33,3 grados (concretamente el día 14).