El 40% de los hombres españoles y portugueses y el 70% de los vascos desciende de un antepasado común que vivió hace 4.500 años, según un estudio genético realizado a casi 3.000 hombres de la Península Ibérica y Francia.

El estudio, hecho por el Instituto de Biología Evolución (IBE) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona, el CSIC, y la Universidad del País Vasco (UPV), puede tener aplicaciones en el estudio de las migraciones humanas, en la identificación genética de casos criminales y en genealogía.

El trabajo, que publica la revista Scientific Reports, ha estudiado las frecuencias en hombres ibéricos y franceses de una variante genética, que solo supone el 1% de todo el genoma masculino, pero que es la responsable de que los hombres sean anatómicamente hombres.

Según ha explicado el director del estudio y profesor titular del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la UPF, Francesc Calafell, el cromosoma Y, encargado de evitar la formación de los ovarios en el feto y permitir el desarrollo de los testículos, se transmite únicamente de padres a hijos varones.

Los investigadores han estudiado la variante R1b-DF27 del cromosoma Y, conocida en la comunidad científica por su elevada frecuencia en la Península Ibérica, en el ADN de casi 3.000 hombres de la Península Ibérica y Francia.

Así, han descubierto que esta variante está presente en el 40% de los hombres ibéricos y en el 70% de los del País Vasco y que, más allá de los Pirineos, solo un 10% son portadores de la variante R1b-DF27 del cromosoma Y.

Según Calafell, "la historia evolutiva de los cromosomas Y humanos parece haber ocurrido a ráfagas, con aumentos en la frecuencia de ciertas variantes a raíz de cambios culturales o innovaciones tecnológicas". En el caso de la variante R1b-DF27, los autores aseguran que se originó hace entre 4.000 y 4.500 años, y lo más probable es que apareciera en el noreste de la Península.

"A pesar de su elevada frecuencia actual en el País Vasco, las medidas internas de diversidad y las estimaciones por antigüedad son más bajas en los vascos que en cualquier otra población, lo que descarta esta región como punto de origen de la variante", ha puntualizado Calafell.