El músico vigués Teo Cardalda, vocalista y también multiinstrumentista, lleva en activo desde los años 80 hasta la actualidad. Nació en Bouzas, triunfó con 'Golpes Bajos' y después con 'Cómplices', junto a su pareja María Monsonis.

"Desde que me fui de Vigo, para mí siempre es verano cada vez que vuelvo, la estación da igual. Cada vez vengo más y hace más calor. No sé si será cosa de Caballero, que ha conseguido cambiar el clima. Yo nadaba, y el agua no estaba como ahora. Lo malo es que la lluvia es un compañero muy bueno de la inspiración, sobre todo para canciones melancólicas como han sido algunas de 'Cómplices'", declara el músico.

Recuerda los veranos de finales de los 70 en Bouzas, cuando aún ni existían 'Golpes Bajos' y empezaba a tocar, diez horas al día en una chabola. "Teníamos una vocación espectacular, no éramos tan 'golfos' como ahora mis hijos, ni íbamos de copas, estábamos todo el día encerrados tocando", recuerda.

"Hace un par de años hubo un terremoto en Nepal, e hicimos un concierto benéfico en Madrid para recaudar fondos hacia la India, con la cual nos sentimos muy relacionados. La actuación fue en el restaurante-jardín de un amigo. Pero una mujer que vivía en una vivienda colindante protestó y llamó a la policía", lamenta.

"Y yo recuerdo el ruido que hacíamos en la chabola, tantas horas, sin insonorizar, las guitarras eléctricas distorsionadas a tope. Había melancolía, pero también música alta y dura. Nunca protestó nadie, nunca. Pero un pequeño concierto benéfico, un viernes a las 10 de la noche, tuvimos que terminarlo a oscuras.Seguimos más bajito, con las acústicas, hicimos un corrillo y cantó todo el mundo", declara.

Si volvían los policías, era una multa de 6.000 para el amigo que les había prestado el local. "Así que ha cambiado el clima y también la actitud de la gente. Estamos en una época de mala uva, aunque joder al prójimo siempre ha sido una característica de la Humanidad. En fin, los que pasamos en aquella chabola fueron veranos de tocar y tocar, beber y fumar; soñando que algún día íbamos a hacer algo interesante, llegar a la gente, salir en la tele. De allí salieron muchos grupos. Facebook ha sido un gran instrumento para encontrarme con aquella gente", reconoce.

Cardalda encuentra grandes diferencias entre generaciones: "La gente ahora ve 'La Voz' u 'Operación Triunfo', donde los sentimientos se utilizan, y el mayor beneficiado, el que se promociona, es el jurado, quien canta se ha vuelto secundario. En aquel momento tú tirabas para adelante, ambicionabas pero de aquella manera, era mucho más puro, simplemente estar horas y horas practicando con tu instrumento", rememora.

Cardalda denuncia que "la televisión musical se ha convertido en una bazofia colectiva y Radio 3 es un oasis en el desierto radiofónico. Se salvan los festivales, donde se está haciendo un esfuerzo maravilloso, también aquí, varios días con grupos de estilos diferentes".

"Hoy en día hay gente buenísima, pero las compañías no apuestan por cosas nuevas, diferentes, sino por lo de usar y tirar. Algunas de ellas, hace décadas, estaban compuestas por 'filósofos' que apostaban a largo plazo, como hicieron con nosotros, con Amaral. La música siempre ha tratado de emociones. Hoy día hay tantos asomando la cabeza que a los planteamientos que no entran a la primera no se les hace caso. Yo la solución no sé cuál es, pero tendrá que ver con nuevos tipos de 'mass media' y publicidad. El mantra actual es 'todo vale con tal de ganar Gran Hermano'. Como no seas el más guapo, estás jodido. Deberíamos aprender de Portugal, allí la gente es amable y educada", lamenta el músico de Bouzas.

"La tristeza de los autores es que hemos ido para atrás, pensando demasiado en la comercialidad. No hay un programa de TV puro donde la gente presente sus obras, y la radio es absolutamente monotemática, también con los clásicos, aunque a mí me favorezca ahora. Existía un amor a la música que en cierta medida se ha perdido, es una industria que está en la UCI, y aprovechándose de los músicos en lugar de contar con ellos. Hay mucha gente muy enfadada, porque han querido salvar el negocio a base de explotar. Llega hoy un grupo joven a una compañía, como hicimos nosotros, y les preguntan cuántos seguidores tienen en 'Twitter", declara Cardalda.

A pesar de todo, aún cree en la música. "Mi hijo mayor es músico profesional y tiene todo mi apoyo. Siento que éste es el arte más completo, que mueve al planeta y eriza la piel, siguen surgiendo ejemplos de que es lo más grande que ha existido".

Además, añade que "uno de los primeros problemas del mundo es que la gente hace cosas que no le gustan. Yo tocaría hasta afónico, como en aquellas maravillosas fiestas de Bouzas en las que conocí a Javier Grande. He sido muy afortunado. La música es una cuestión de suerte, una estrella que está para todos pero le sonríe solo a unos pocos. No existe una fórmula matemática, pero eso es lo bonito. Y toda la magia que conlleva componer una canción. Respeto a todos los que empezaron, aunque no llegaran a triunfar", declara.

El verano de 1978, con Jordi Romero, fue el principio de todo, haciendo versiones de los Beatles e investigando si podían componer temas propios.Teo estaba a la batería. Según Cardalda, su cima fue un concierto veraniego en Vigo (algo redundante para él). "Veníamos de México, y fue todo muy rápido, llegar, ducharse, para el coche y ya estábamos en Castrelos, un Castrelos repleto, en nuestro momento más alto", resume.

"Toda mi carrera ha sido una montaña rusa, con cosas que he hecho peor y mejor. Pero el éxito no es el compañero perfecto de la creatividad. Fracasar te ayuda a ponerte las pilas y descubrir quién eres realmente. Estoy muy orgulloso de ambas caras de la moneda".