Todo esta preparado en A Guarda y también en Arbo para dos de sus fiestas más importantes del verano.

En A Guarda, la famosa Romería del Monte, una tradición secular que, año a año, va ganando adeptos, tantos como los litros de vino que se derrochan en los juramentos de sus Bandas Mariñeiras.

En Arbo, la fiesta de la lamprea seca es una cita que se estableció hace tan solo 22 años pero que ha ganado la confianza de las personas ávidas de tradición y sabores de la tierra.

Romaxe del Monte

La romería del Monte Trega es una de las más importantes de Galicia y con elementos que la diferencian de las demás, el primera es que no se celebra en honor a ningún santo, por lo tanto es pagana. El monte esta dedicado a Santa Trega, pero la romería religiosa tiene lugar en septiembre y ahora se trata exclusivamente de una fiesta para divertirse.

Para ello, los vecinos se juntan en pandillas de amigos o familiares, ascienden al monte, desde donde se divisa el impresionante estuario del Miño y comen allí. Permanecen en el monte hasta la hora del regreso, avanzada la tarde.

En la actualidad han adquirido gran protagonismo las llamadas "Bandas Mariñeiras" que son grupos con bombos y cajas que participan en la romería, poniendo percusión al ambiente. Se producen los juramentos, donde las bandas prometen volver al año siguiente bebiendo del garrafón de vino. Precisamente el vino no falta en esta romería, lo que le ha llevado hace algún tiempo a adquirir el sobrenombre "del vino" que no gusta a los guardeses.

Exaltación de la lamprea

Si del monte bajásemos al nivel del mar, nos encontraríamos con el río Miño, que en esta zona fronteriza con Caminha adquiere una gran majestuosidad. Y si lo ascendiésemos como los antiguos exploradores unos 60 km arriba nos tropezaríamos con Arbo, la misma ruta que realizan las lampreas, un pes que crece en el mar y desova en el río.

En Arbo la fiesta es más tranquila y se trata de degustar lamprea seca en diferentes especialidades, a la brasa, frita rebozada y rellena. En este caso, se puso en marcha para ofrecer otras formas de conocer y degustar este pez ciclóstomo. Hasta hace tres décadas la lamprea seca era propia de los vecinos pero no conocida por el gran público, un manjar que ahora puede conocerse gracias a iniciativas como esta.