La apertura de la Puerta del Perdón del Monasterio de Santo Toribio de Liébana (Santander) dio ayer inicio al Año Santo Lebaniego, un acontecimiento que atraerá a miles de peregrinos hasta un lugar que alberga desde hace once siglos el mayor fragmento de la Cruz de Cristo, el "Lignum Crucis". Miles de personas se dieron cita en el monasterio para asistir a los actos religiosos de apertura del Año Jubilar, que han estado presididos por el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el obispo de Santander, Manuel Sánchez Monge, con autoridades como el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna y el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.

La explanada del monaterio ya se encontraba abarrotada cuando a las 12.00 horas comenzó la procesión hasta la Puerta del Perdón, que, tras la lectura de la Bula Papal concediendo el Jubileo y de un saludo enviado por el Papa Francisco, se abrió cuando el cardenal Carlos Osoro realizó el solemne ritual de golpearla tres veces con un martillo. Con este gesto y la celebración de la eucaristía, acompañada del canto litúrgico del Coro Filarmónico Vaticano, arrancó el Año Santo, que se prolongará hasta el 22 de abril de 2018.