Ser costalero en Semana Santa puede salir caro y no se trata de recibir poco o mucho dinero por la participación, sino de la factura que el cuerpo de estos voluntarios puede llegar a pagar en materia de lesiones. A pocos días de que se celebren las procesiones, el Colexio de Podólogos de Galicia y el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Madrid alertan de los riesgos de tomar parte en estos "desfiles".

El Colegio de Fisioterapeutas de Madrid recomienda que los costaleros menores de 21 años y los mayores de 45 "extremen las precauciones" a la hora de portar tanto peso y a la hora de pisar. Aseguran que "son el colectivo que mayor riesgo presenta".

Asimismo, señalan que los principales factores de riesgo para lesionarse son el ser personas sedentarias, estar estresadas, carecer de preparación previa o no haberse preparado física y correctamente para la actividad por lo que recomiendan empezar a entrenar y ensayar tres meses antes.

Los principales problemas físicos a los que se puede enfrentar un costalero son las patologías lumbares y cérvico-dorsales, así como dolores y lesiones en rodilla o tobillo. Es más, si no se tiene cuidado, "la mala distribución de los costaleros bajo el paso puede originar la aparición de lumbalgias, hernias, cervicalgias (dolor de cervicales) bajas, codo de tenista (epicondilitis), esguinces o incluso roturas meniscales.

¿Cuáles son sus consejos? "Una vez iniciada la marcha -apuntan fuentes del Colegio de Fisioterapeutas- se debe mantener la cabeza erguida y mirar al frente para evitar lesiones en el cuello; contraer la musculatura abdominal y lumbar y mantener una postura correcta".

Por su parte, el Colexio de Podólogos de Galicia añade que otra parte del cuerpo castigada son los pies que llegan a sufrir lesiones en el antepié y en el talón. En su caso, recomiendan acudir a un podólogo para que realice un estudio de la marcha antes de la procesión.

También apuntan varios consejos para antes de la celebración, como "cortarse las uñas horizontalmente, lavarse los pies con agua templada y un jabón adecuado a la acidez de la piel, sercarlos muy bien, sobre todo en la zona entre los dedos, como mínimo treinta minutos antes de comenzar a caminar". Asimismo, aconsejan usar calcetines suaves y sin costuras ajustados al piel, calzado de piel ya usado con suela gruesa y cordones.

Durante la procesión, no recomiendan el estar mucho tiempo parado y sí cambiar alternativamente el peso del pie que está apoyado o realizar movimientos de flexión y extensión de los dedos para mejorar la circulación. La penitencia descalza es desaconsejada "por el riesgo de clavarse cualquier cuerpo extraño o en personas que hayan sufrido lesiones previas en tobillos y pies", apuntan.

Al finalizar el acto procesional, los podólogos destacan en una nota informativa que "es recomendable introducir los pies en agua fría para hacer baños de cinco a viente minutos sin pausa, que provocará un efecto antinflamatorio local. A continuación, es conveniente concluir con la aplicación de una crema calmante y un ligero masaje".