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Las relaciones sociales en la era 3.0

Las redes que tejen los reencuentros

WhatsApp y Facebook facilitan la reunión de amigos que habían perdido contacto, un fenómeno con dos caras

Xesús Lage. // FDV

Unos tienen menos pelo y otros conservan parte del aspecto atlético con el que les recordaban en el aula. Algunos han triunfado en sus trabajos y otros están en el paro o han vuelto a estudiar. Los hay que tienen hijos y otros que se han divorciado y vuelto a casar. Más rellenitos, con más o menos canas y más o menos vida social. Han pasado diez, veinte o hasta más de treinta años sin verse pero algo salta entre ellos ya en los primeros minutos y parece que, de pronto, vuelven a ser los niños que se conocieron en las aulas.

Las redes sociales y WhatsApp han facilitado enormemente los reencuentros entre amigos de la infancia y cada vez más se animan a vivir este momento. De hecho, nada menos que el 55,7% de los internautas se han reencontrado con familia y amigos de toda la vida con los que habían perdido relación en el último año gracias a las nuevas tecnologías. Y no solo hablamos de personas de mediana edad: un 43,6% de los internautas de entre 65 y 69 años también lo hicieron, según los datos que aporta Javier Carbonell, coautor del Informe de la Sociedad de la Información de Telefónica.

WhatsApp es también una vía rápida y efectiva para este tipo de encuentros. Según datos del estudio, el 78% de los internautas utiliza la mensajería instantánea para la organización de quedadas o eventos. "Este es un nuevo canal que aporta una serie de facilidades para los encuentros que antes no existían, aunque la necesidad y el deseo sí estaban presentes, pero todo era mucho más complicado", opina el experto. Carbonell cree que estos reencuentros muchas veces solo quedan en una cena al año, "pero otras veces suponen que se retomen las antiguas amistades"

También para la psicóloga Ana Sieiro, del Gabinete Achega, en Vigo, estos reencuentros facilitados por las redes sociales pueden tener una doble cara. "Las redes sociales han llegado a convertirse en una especie de mundo paralelo donde podemos vivir una existencia más acorde con las expectativas que la sociedad tiene para nosotros. Tratamos de mostrar la cara más bonita de la vida que tenemos y esto puede resultar un choque cuando los que aprendimos otro modo de conectarnos recuperamos a través de las redes a aquellas personas a las que dejamos de ver hace muchos años", explica. Sieiro coincide en que muchas personas han conseguido, gracias a las redes, recuperar el contacto de amigos y compañeros de décadas atrás de los que no supieron nada en años. "Bien usadas, las redes pueden servir para conectarnos de nuevo con personas a las que sería difícil encontrar de otro modo, pero puede también darse el perverso caso de que nos encuentren personas a las que realmente debemos y queremos olvidar", apunta."En ocasiones esto puede convertirse en una nueva oportunidad para recuperar viejas amistades, pero en otras, las personas hemos cambiado tanto que ya no nos parecemos nada a lo que éramos por lo que nos podemos encontrar con discursos tan distintos y puntos de vista tan opuestos que la amistad en esta nueva etapa de la vida ya no es probable", advierte.

Ayer mismo se reencontraron en Pontevedra más de sesenta compañeros del Colegio Sagrado Corazón para celebrar que este año cumplen 50 años. Algunos hacía más de 30 que no se veían. "Seguimos teniendo unos lazos afines que nunca se borrarán; la idea no es recordar batallitas, yo soy antinostalgia, creo que lo interesante de estos encuentros es retomar las amistades y volver a pasar momentos bonitos; si alguien acude con miedos no tiene ningún sentido", opina Luis Muiños, promotor de este reencuentro.

Con justo 10 años menos pero la misma ilusión de reencontrarse en una fecha mítica, los 40 años, se reunieron el viernes un grupo de amigas del colegio La Inmaculada, algunas de las cuales no se veían desde hacía más de 20 años. La organizadora del encuentro, María Eugenia Herranz, realizó un esfuerzo de varios meses para encontrar a través de las redes y gracias a los contactos de unas y otras a aquella promoción de 1977 que, actualmente, se encuentra dispersa por toda España y, en algunos casos, también en el extranjero. "Me hacía ilusión juntar a la gente del cole, quizá porque me voy haciendo mayor y a veces añoro la niñez, esa etapa de la vida donde no tienes obligaciones ni responsabilidades. Mi sorpresa fue que a muchas les hizo ilusión y me quedé perpleja cuando a la primera quedada acudimos treinta... estaba claro que a todas nos apetecía", cuenta.

"Sobre todos los sentimientos y emociones el que predomina es la ilusión. Después de mucho tiempo sin ver a las compañeras del colegio, el reencontrarnos hace que surjan los recuerdos de la infancia y de la adolescencia, momentos felices, porque las cosas malas se ven desde otra perspectiva", añade Susana García-Vaquero, compañera del grupo. "Además, te permite participar de la alegría por los logros tanto profesionales como personales de aquellas que fueron tus amigas. Ahora estamos todas conectadas y si hay problemas también se apoya a quien los tiene", dice la joven.

Susana Díaz, por su parte, admite que cuando entró a formar parte del grupo de WhasApp no hablaba mucho. "Soy bastante introvertida y con muchas no había coincidió en clase, pero he ido viendo que son amigas a las que les importa lo que me pueda pasar, tanto lo bueno como lo malo; es maravilloso volver a recuperarlas", considera.

Nuria Manso, por su parte, confiesa que a veces, en este tipo de encuentros "te sientes un poco mal al comparar las vidas y ver que a otras les va mucho mejor que a ti, pero la alegría de retomar amistades de mucho tiempo atrás supera esos miedos", concluye.

Los chicos del Sagrado Corazón, 32 años después

  • Más de 60 ex alumnos del Colegio Sagrado Corazón de Pontevedra se reunieron ayer para celebrar que este año cumplen 50. Algunos de ellos hacía 32 años que no se veían. Durante meses, se fueron localizando y calentando motores a través de WhatsApp y de las redes sociales, donde las fotos de sus años escolares y los recuerdos fueron animando la quedada. En la imagen de la izquierda, el grupo al finalizar COU y, a la derecha, su reencuentro ayer.

Ana Sieiro | Psicóloga

"A veces las personas cambian tanto que la amistad no es posible"

Javier Carbonell | Experto Telefónica

"Siempre se deseó el reencuentro; ahora es más sencillo"

Xesús Lage | Sociólogo

"Las amistades de la infancia forman parte de nuestra identidad"

El sociólogo de la Universidade de Vigo Xesús Lage asegura que las redes sociales, lejos del discurso que las tacha de individualistas, pueden ser un instrumento muy adecuado para promover las relaciones personales.

-Las redes sociales y la mensajería instantánea han demostrado tener una capacidad importante para reunir a familiares y amigos que llevaban años sin verse. ¿Qué valor les da a estos reencuentros?

-Me parece que, aunque las personas comiencen reencontrándose de forma virtual, pueden a partir de ahí dar un paso más y retomar la amistad en persona. Las nuevas tecnologías han demostrado que, bien usadas, no nos hacen más individuales, sino que fomentan las relaciones sociales.

-¿Por qué al llegar a una determinada edad a las personas les tienta el reencontrarse con los compañeros de la infancia?

-Se trata de retomar una parte de nuestra identidad ya que, a lo largo de los años, se va diseminando. Buscamos volver a conectar con las personas con las que vivimos situaciones importantes en esos momentos porque esos recuerdos forman parte de nuestra identidad y diferencia nuestras historias de las del resto.

-¿Es más habitual ese sentimiento ahora que hace años?

-No, la nostalgia de lo que fuimos es algo inherente a todos nosotros. La identidad siempre fue relevante, individual y grupalmente, aunque cobra mayor importancia en una sociedad como la actual en la que muchas personas se sienten solas. Retomar ese pasado nos puede hacer sentir de nuevo que formamos parte de un grupo. Puede ser muy gratificante aunque, por otra parte, cuando vamos siendo mayores y faltan algunos, puede convertirse en una reunión muy triste.

-Ha cambiado mucho la forma en que los grupos de la infancia se reúnen...

-Antiguamente se recurría a los periódicos para publicar que se iba a reunir una promoción o se hacían referencias en la radio... Era muy complicado dar con los compañeros que vivían en otras ciudades. Ahora las tecnologías hacen que sea mucho más sencillo, aunque siempre tiene que haber un líder que ponga en marcha la iniciativa, algo que no siempre ocurre.

-¿Y qué ocurre con las personas que no tienen recuerdos tan gratos de aquellos años?

-Por supuesto que también los hay. Aquellos que no consideran que vivieran momentos clave de sus vidas en esos años no tendrán mucho interés en participar en el reencuentro y también hay que respetarlo. Si una persona lo pasó mal en la escuela, sufrió acoso por ejemplo, no va a aparecer. Como decía Aute, las cicatrices no ayudan a andar.

-¿Cómo reaccionan las personas ante este tipo de reencuentros, para todos es beneficioso?

-Bueno, hay que tener en cuenta que el tiempo pasa, las personas evolucionan, cambian las formas de pensar y de actuar... Es posible que algunas personas se lleven decepciones con las expectativas que tenían ya que los recuerdos a veces están muy edulcorados. También depende de las circunstancias de cada uno: si te cruzas con un antiguo novio o alguna persona con la tuvieras una vinculación muy fuerte y ahora no la reconozcas, el sentimiento que te lleves del reencuentro no será muy afortunado, será una tremenda decepción.

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