La diosa Fortuna se detuvo en el restaurante Mar de Arousa, en la avenida de Galicia, de Cambados, para bendecir un décimo del quinto premio.

"En esta zona hacía mucha falta que tocara porque hay mucha gente que lo necesita", explicaba María del Carmen Reboredo, la propietaria. Estaba "muy contenta", aunque relajada, porque ya sabe bien qué es eso de repartir dinero. "Ya dimos el segundo premio de la Lotería del Niño hace unos años, 1,5 millones de euros en La Quiniela e importantes cantidades con La Bonoloto y La Primitiva", explicaba esta hostelera de 63 años mientras no dejaba de despachar. "Trabajo aquí desde que nací y mi padre ya sellaba antiguamente las quinielas, por eso repartimos tantos premios a lo largo de la historia", concluyó.