Exactamente 601 cartas conforman la correspondencia que Antía Cal mantuvo con su entonces novio Antón Beiras cuando él ya era oftalmólogo en Vigo y ella residía en Muras. "Se mandaban una carta cada día donde se contaban todo lo que deseaban hacer en la vida", cuenta el director del documental, Miguel Piñeiro.

Fue él, casado con una de las hijas del matrimonio, quien encontró estas cartas hace un tiempo y decidieron que era "el soporte ideal para el argumento del documental", apunta Piñeiro.

Junto a las cartas, numerosas imágenes de la vida de la protagonista ayudan al relato de su trayectoria en la película y, por supuesto, los recuerdos de la maestra, totalmente lúcida a pesar de su avanzada edad.

El documental cuenta la pasión por el saber que unía a esta pareja y el enorme dolor que supuso para la maestra la muerte de su marido. La cinta se cierra con la muerte de Antón, en 1968, y el traslado de la dorna que tenía el médico al patio del colegio. "Cuando ella dejó la escuela, en 1985, mandó el barco a un cementerio de barcos y ambas vidas se cierran a la vez", describe el director.

La música, del multipremiado Nani García, contribuye también a la gran calidad de la cinta. "Cuando Tita la visualizó por primera vez guardó silencio; impresiona ver toda su vida resumida en una hora y media. Pero está muy contenta y deseando verla en el estreno", concluye Piñeiro.