La principal fuente de inspiración de Christian Guémy (París, 1973),-conocido mundialmente en el arte urbano como C215, número de celda en la que una vez estuvo retenido- es la ciudad y, más aún, las personas anónimas que pueblan las zonas menos visibles de esa ciudad. El artista, muy reconocido en Francia y con obras en ciudades y museos de todo el mundo, inauguró el jueves en la sala de exposiciones de Abanca (en una muestra auspiciada por la Alianza Francesa de Vigo) la exposición "Sobre todo, los objetos", que reúne decenas de obras originales sobre distintos soportes u objetos.

Pero antes de la inauguración, Guémy se fue a recorrer el centro de Vigo cargado con sus bombas de pintura y plantillas, sin un destino fijo, solo dispuesto a conocer los rincones de la ciudad y dejarse atrapar por ella. "Nunca se dónde voy a pintar, me gusta encontrar un sitio que me inspire y allí actúo", explica. Finalmente se decantó por el Casco Vello, donde plasmó dos piezas, otra en plena Policarpo Sanz y una cuarta en la calle Gravina, donde dibujó un yoda.

El artista no conocía las numerosas medianeras que se han pintado en los últimos meses en la ciudad. "El grafiti es una forma de conocer las ciudades, me gusta sorprenderme con ellos e ir comparando los que veo en cada ciudad... me dicen mucho del espíritu de cada sitio", explica.

Guémy desea embellecer la ciudad y por eso sólo pinta sobre superficies degradadas, adaptando el tema de su obra al entorno, contextualizándola, y sin tener la necesidad, por ello, de cubrir su rostro por miedo a ser multado.

Para el artista, el spray es solo una herramienta. "De Dalí o Monet no se dice que sean artistas de pincel, lo importante es realizar una obra que cree debate, no importa si en la calle, en un museo o en internet", opina. De hecho, Guémy tiene más de 450.000 seguidores en Facebook y 132.000 en Instagram. "Pinto de forma local pero llega de forma global", concluye.