Síguenos en redes sociales:

Ocho actores en busca de un papel

- Comparten su paso por la Escuela Municipal de Teatro de Vigo, donde se conocieron - Ahora continúan su pasión por el teatro con su propia compañía, Fauna 113

Ocho actores en busca de un papel

Proceden de ámbitos muy distintos, aunque tienen en común un poderoso vínculo: su pasión por el teatro, una pasión que siempre estuvo allí, aunque la vida les llevó por otros derroteros. Rolando Sánchez se dedica a la informática; Patricia Meira estudió Filología, aunque trabaja como educadora social; Begoña Rodríguez es animadora socio-cultural; Iris Darriba es publicista y su pareja, Pablo Rodríguez, fisiterapeuta; Bea Gea es contable; Belén Yáñez, química, y Ana Casal, empleada en el departamento de compras de una empresa del automóvil. Y todos juntos son Fauna 113, compañía de teatro aficionado nacida entre los bastidores de la sala Artika de Vigo.

Esta amalgama es la que dio lugar al nombre del grupo, Fauna, que completaron con el número de la calle donde está la sala donde ensayan, aunque llegar al consenso no fue sencillo. "Fue una batalla muy dura porque tenemos gustos muy distintos, algo que a la vez nos enriquece", explica Rolando Sánchez. También la obra con la que se presentarán en sociedad necesitó un intenso debate, hasta que finalmente "Dios, una comedia", de Woody Allen, alcanzó el consenso. Esta comedia, cuya trama se ambienta en la antigua Grecia, tiene como protagonistas a un director de teatro y a un actor, que discuten sobre cómo finalizar una obra. En medio de esta discusión, van apareciendo otros personajes, cerca de una veintena, que esta misma semana se han repartido los ocho actores de Fauna 113.

Rolando Sánchez, hijo de emigrantes gallegos (nació en Venezuela, en 1963), es informático, aunque su gran pasión es la interpretación. Ha participado en varios cortos e incluso ha hecho de extra en "Los lunes al sol" y "Heroína". "Cuando yo estudiaba, hacer arte dramático no se consideraba una profesión; además, tenías que marcharte a Madrid porque en Vigo no había nada, así que estudié para delineante primero y después informática", explica. Pero el gusanillo del teatro no le abandonó y por eso un día decidió matricularse en la Escuela Municipal de Teatro (EMT), donde conoció al resto de esta "fauna teatral". "Cuando terminamos la escuela, comenzamos a pensar qué podíamos hacer para continuar haciendo teatro. Descubrimos Artika y ya estando allí surgió la idea del grupo", explica.

De falta de oportunidades habla también Ana Casal (Vigo, 1970), compradora en una empresa del automóvil. "Yo hice empresariales porque antes tenías que estudiar algo práctico y el arte dramático no se consideraba algo con salida. Y valoro mi trabajo, pero mi intereses están más relacionados con mi expresión artística", explica. Así, cuando tuvo oportunidad, se plantó en la EMT. "Ahora es como una terapia. Cuando llegas al teatro te olvidas de todo; eres otra persona", afirma.

Dirigidos por los copropietarios de la sala Artika, Fernanda Barro y Marcos Alonso, tienen prevista su puesta de largo el 18 de junio. Este día el telón se abrirá por primera vez para dar la bienvenida a Fauna 113.

"Estoy deseando poner en escena la obra, pero ponerla en escena con calidad porque esta es nuestro punto de partida", asegura Begoña Rodríguez (1960). Contable de profesión, tenía 32 años cuando vio un ensayo teatral en el Centro Cívico de Coia. "Me quedé prendada y me dije: esto es lo mío y pedí entrar en el grupo. Comencé en el vestuario y como técnico de luces y sonido. Y a partir de ahí fui reenganchando hasta acabar en la escuela de teatro", explica. Algo que le gusta del teatro es que se está constantemente aprendiendo. "Se cada personaje, de cada director, de cada compañero aprendes", dice.

Química, Belén Yáñez (Vigo, 1976) cambia las fórmulas por la palabra los lunes y miércoles durante dos horas, un tiempo que le sirve para desconectar del día a día y sacudirse el estrés. Aunque siempre sintió atracción por el arte dramático, le debe a una amiga, que le animó a probar, salir a escena. "Me encanta la adrenalina y la energía que produce actuar y ese vínculo que se crea con el público", comenta.

Pablo Rodríguez (Vigo, 1980) es el otro actor de Fauna 113. Para este fisioterapeuta, el teatro es una actividad paralela a su profesión. "Comencé en teatro porque necesitaba cubrir un área de mi vida y me gusta muchísimo, aunque no sé si lo dejaría todo por él", admite. Uno de los aspectos del teatro que más le gustan es la experiencia compartida. "Me gusta que todos sigamos una misma dinámica y que después puedas compartirla con el público", afirma este vigués, quien conoció a su pareja, Iris Darriba, gracias al teatro.

También se comparten los nervios previos al estreno, algo, aseguran, inherente al oficio.

Pulsa para ver más contenido para ti