"Águila Roja", la serie de televisión española, está disfrutando de un inesperado e ilegal éxito entre el público iraní, fascinado por un programa que llega a la República Islámica a través de canales oficialmente prohibidos y que le sorprende por el tratamiento irreverente que da a la religión. Las aventuras y desventuras de Gonzalo de Montalvo y su fiel criado Satur en la España del siglo XVII se han abierto paso en el país a través de un canal que emite vía satélite en lengua iraní desde Turquía, cuya recepción, a pesar de estar prohibida, es masiva entre una población ávida de entretenimientos más allá de los encorsetados seriales y programas autorizados por el régimen.

Entre los escolares iraníes, la coletilla "¡Ay, Dios!", empleada por el humilde y pícaro Satur, el personaje favorito del público, se emplea ahora con asiduidad para expresar cualquier contrariedad, en un guiño de complicidad entre los muchos seguidores de una serie que teóricamente no se puede ver. Desde Teherán, los aficionados a la serie destacaron el guión, el buen nivel de actuación de los protagonistas y sobre todo la visión "relajada" y "abierta" que tienen sobre temas religiosos. Además, también está la fascinación por los paisajes, la música, y la cultura de España que existe en el país y que se extiende tanto al pasado histórico representado en la serie como al día de hoy.