Los Premios Goya celebraron anoche sus 30 años con una gala en la que el cine y la política compartieron protagonismo y en la que el cine gallego se llevó menos premios de los esperados. Los dos premios "pesados", el de Mejor director, y el de Mejor película, los consiguió "Truman", de Cesc Gay, que logró cinco de los seis "cabezones" a los que optaba.

Dos premios Goya, de los ocho a los que estaba nominada, consiguió finalmente "El desconocido", del debutante Dani de la Torre. Jorge Coira se alzó con el premio al Mejor montaje y puso el acento gallego de la gala agradeciendo "a todos los que en Galicia intentan hacer cine y películas desde allí" -unas palabras que provocaron una gran ovación por una parte del público- y dedicó el premio a su hija, con unas cariñosas palabras en gallego, y a Luis Tosar, con quien empezó a hacer cine y que se fue de la gala con las manos vacías ya que el Goya al Mejor actor protagonista se lo llevó Ricardo Darín por "Truman", donde da vida a un enfermo de cáncer.

La lograda captación del sonido de la ciudad de A Coruña se llevó el segundo Goya de la película, que recogieron David Machado, Jaime Fernández y Nacho Arenas.

"El desconocido" no consiguió el premio a la Mejor dirección novel, que ganó Daniel Guzman por "A cambio de nada". Al recoger el galardón, Guzmán protagonizó uno de los momentos más emotivos de la gala. Visiblemente emocionado, se lo dedicó a su abuela, Antonia Guzmán, igualmente nominada al Goya, en su caso, a Mejor actriz revelación. "Eres mi estrella. Con 93 años has hecho lo que yo no he podido hacer. Este es el mejor homenaje que puedo darte", sentenció. Tampoco se llevó el de Mejores efectos especiales ni el de Mejor actriz de reparto, que Elvira Míguez tuvo que ceder a la veterana Luisa Gavasa, por su trabajo en "La novia".

Uno de los protagonistas de la noche, el Nobel Mario Vargas Llosa, entregó junto a la escritora Elvira Lindo los premios al Mejor guión original y adaptado. El primero -al que también optaba "El desconocido"- lo ganó finalmente Cesc Gay por "Truman", mientras que Fernando León de Aranoa se alzó con el de Mejor guión adaptado por "Un día perfecto".

La mejor película de animación, categoría en la que el cine gallego tradicionalmente triunfa y en la que en esta ocasión estaban nominadas nada menos que dos cintas gallegas -"Holy Night! Noche de ¿paz?" y "Maimiño" ("Meñique")- tuvo que irse a casa con las manos vacías ya que el premio finalmente se lo llevó "Atrapa la bandera".

El cómico Dani Rovira repitió como presentador de la gala con un largo y divertido monólogo en el que aludió al IVA cultural asegurando que "si bajan el IVA al comprar un yate" y a él le da igual, entiende que al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, "le pase lo mismo con la cultura".

Además, como era de esperar, se refirió a la actual situación política en España después de las elecciones generales. "Hace 30 años, por ejemplo, teníamos presidente del Gobierno, aquí han terminado unas elecciones y no ha ganado nadie", bromeó Rovira, quien también critió al resto de partidos. "Ha habido un montón de debates y en casi ninguno se mencionó la cultura, que fuerte, ¿no?", afirmó.

Rovira se jactó también de que en la sala estaba "el futuro gobierno del país" e invitó a Pedro Sánchez (PSOE), Albert Rivera (Ciudadanos), Pablo Iglesias (Podemos) y Alberto Garzón (Izquierda Unida) a reunirse en una sala "con cuatro sillas y una pantalla de plasma" para llegar a un acuerdo en lo que sería "el pato de los Goya".

Asimismo, además de las tradicionales bromas con los cinco directores nominados a mejor película, consiguió las risas del auditorio hablando en francés y en inglés con Juliette Binoche y Tim Robbins.

Javier Cámara se llevó su segundo Goya, en este caso como actor de reparto por "Truman", mientras que Natalia de Molina consiguió el premio a la Mejor actriz protagonista por "Techo y comida" para sorpresa de muchos y dejando sin el galardón a Inma Cuesta, la gran favorita, y a Juliette Binoche.

El presidente de la Academia del Cine, Antonio Resines recordó que "el cine sí es cultura, y como tal, debería ser una cuestión de Estado al margen de partidos e ideologías".

El realizador Mariano Ozores protagonizó uno de los momentos más emotivos al recoger su "Goya de Honor" con 89 años y 96 títulos a sus espaldas. "Hay un ente misterioso y extraño al que le debo todo lo que he conseguido: el público, el respetable público", dijo.