Como muchos investigadores españoles, la salmantina Esperanza Arias Pérez se marchó a EE UU para completar su formación. De eso hace seis años. El salto al otro lado del Atlántico se lo permitió una beca de la Comisión Fullbright. En el en el Albert Einstein College of Medicine de Nueva York comenzó su trabajo en investigación relacionada con la degradación de las proteínas durante el envejecimiento. Desde entonces, ha participado en otras investigaciones vinculadas con enfermedades neudegenerativas y envejecimiento.
- ¿Qué aporta este descubrimiento científico al tratamiento de enfermedades neurodegenerativas o el cáncer?
- La nueva información sobre esta vía autofágica puede tener implicaciones en tratamientos de las enfermedades que afectan a los ancianos. Creemos que la activación selectiva de este tipo de autofagia en neuronas podría ser una estrategia útil para retrasar el avance de enfermedades neurodegenerativas. De manera semejante, como las células cancerosas a menudo utilizan esta vía de reciclado para sobrevivir, se podría utilizar como diana para el bloqueo selectivo de este tipo de autofagia en las células cancerosas, lo que podría ser una estrategia útil para reducir los tumores y detener la metástasis.
- ¿Cómo controlan las células la autofagia, proceso por el que se reciclan?
-Se sabía desde hace tiempo que la actividad de este mecanismo de limpieza y reciclaje celular disminuye progresivamente con el envejecimiento, contribuyendo, en parte, al aumento de incidencia de cáncer y enfermedades neurodegenerativas, entre otras. Ahora, en este nuevo estudio, se muestra como las células saludables regulan, a nivel molecular, este proceso de reciclaje que se produce en unos compartimentos celulares específicos denominados lisosomas. Es una maquinaria muy finamente regulada a través de diferentes moléculas denominadas quinasas y fosfatasas, que hacen de freno y acelerador del proceso según lo que se necesite en la célula en cada momento.
