"La música para mí es como el café. No hay nada que me ponga más que pintar con los Rolling sonando". El artista Yayo Quesada confiesa ese chute musical de energía que lo alimenta mientras lleva minuciosamente el pincel al lienzo. Está en plena cuenta atrás para colgar su exposición individual en el centro social de Abanca en Vigo, que abrirá mañana.

Noctámbulo en su estudio en Sabarís, ultima una obra distinta para su costumbre: de gran formato. "Cíes de noche lloviendo con submundo" es un óleo de 2,5 metros por 1,5 y cuya temática es el archipiélago vigués. Será una rara avis en su nueva muestra, mayoritariamente de cuadros pequeños de hasta 25x20 centímetros.

Una exposición individual de Yayo Quesada, seudónimo de Alejandro Quesada Legido (Vigo, 1975), abrirá mañana en el centro social de Abanca y estará desde el 2 al 30 de octubre en horario de tarde (de 17.00 a 21.00 horas). La inauguración será a las 20.00 horas.

De casta le viene -hijo del pintor y caricaturista Fernando Quesada y de la pintora Ana Legido- aunque asegura que la "herencia" pictórica en la que ha crecido le impone más a la hora de enfrentarse al público.

Yayo ha creado su propio mundo pictórico, seguidor de las técnicas antiguas de la pintura al óleo -cuadros muy lentos de pintar.- aunque ha incorporado "frotage". Fiel al pincel finísimo y a sacar luces con detalle, el autor asegura que vive una etapa de gran fuerza y se considera un pintor tradicional. "Me gusta mucho la técnica y no salto de estilos".

"Es la primera vez que pinto algo sobre Galicia después de vivir mucho tiempo fuera, en Berlín, Dublín, Granada...", asegura Yayo Quesada, que comenzó esta aventura pictórica durante las lluvias del invierno pasado. Hace justo una década de su última muestra individual en Vigo y el autor asegura que ha evolucionado, escapando de las figuras humanas. "Vigo siempre es la plaza más importante. Me pone mucho menos nervioso exponer Nueva York...", explica.

Y sobre su proceso de creación, indica: "Es como el juego de ver figuras en las nubes o como cuando ves una cara en una pared manchada en la calle". Así lo ejemplifica. "La mancha de color, y nunca el blanco, es quien me dice qué personajes va a haber allí o no. Nunca pinto con una foto al lado". Lo hace de noche y de madrugada, con música de fondo.

"Siempre saco los personajes del propio cuadro, de la propia mancha. Habrá cuadros de Cíes, Illas estelas, Monteferro, Baiona, Vigo... y cuyos personajes son de aquí: percebeiros, pescadores, barcos, velas, pulpos, percebes, gambas, cangrejos... Y bastantes cuadros nocturnos que, al pintar de noche, son casi una temática obligada", asegura.

Aún así, no es desdeñable que, pese a su juventud, su obra ya forma parte de la colección de la antigua Caixanova sobre arte gallego contemporáneo. "Supongo que a los 60 llegaré a ser un buen pintor", sonríe. Como referentes en la pintura, destaca a El Bosco, por la complicidad de las figuras y detalles de los cuadros con el espectador.

El director Luis Montenegro ha estado grabando este año una película documental en el estudio de Yayo Quesada Legido, en el que retrata cómo preparar una exposición y han experimentado con la pintura en movimiento. En este proyecto que actualmente se encuentra en fase de producción, han colaborado Javier Collazo y Diego Romero Suarez-llanos como director de fotografía.