Hsieh Chi, oriunda de Taiwán y de 52 años, es maestra de confucianismo, la doctrina creada por el pensador chino Confucio (551-479 antes de Cristo). La maestra Chi forma parte de la Fundación Cultural de Confucio y Mencius (discípulo y sucesor del primero), con sede en Madrid.

-¿Qué significa ser maestro de confucianismo?

-Somos maestros de Tao, que significa "camino de la conciencia". Cada uno de nosotros tiene un maestro dentro, lo que pasa es que la gente no conoce a ese maestro interior y busca por fuera. Pero todos podemos encontrarnos a nosotros mismos y el maestro Tao te indica un camino para llegar a tu maestro interior verdadero. La mayoría de la gente está perdida y por eso vive de un modo inconsciente. Pero encontrarte a ti mismo y conocerte bien a ti mismo tampoco es suficiente. Hay también que saber controlarse un poquito uno mismo. La gente quiere controlar a los demás, pero no se controla a sí misma. Y además de encontrarte, conocerte y controlarte, tienes que superarte a ti mismo. A partir de ahí puedes vivir tu verdadero yo.

-¿Qué fines perseguía Confucio con su doctrina?

-Ser persona correcta. El primer capítulo de las "Analectas" (las charlas de Confucio y los debates con sus discípulos) dice que un hombre correcto es aquel que incansablemente busca aprender algo de la vida. Estamos en el mundo para crecer, no para envejecer. Toda persona tiene derecho diariamente a renovarse, pero es imposible si una persona no se conoce bien a sí misma. Esta es la primera lección de Confucio y su segunda enseñanza es que cuando viene a visitarte de lejos un viejo amigo que tiene las mismas ideas que tú, nos juntamos y decimos "¡Qué maravilla!", porque la alegría es casi imposible de explicar. Pues ese viejo amigo que viene de lejos eres tú mismo, tu maestro interior, y de ahí la alegría de encontrarte con él. Pero hasta ese momento el hombre está perdido.

-¿Por qué se pierde el hombre? ¿Nace perdido? ¿Es su "pecado original"?

-No.

-Entonces, ¿por qué se pierde?

-Todos tenemos alguna asignatura con suspenso. Es como cuando un alumno lleva muy mal las matemáticas y cuando va a tener el examen de esa asignatura ya le tiene miedo y su mente se queda en blanco, bloqueada. A la gente le pasa igual. Cuando encuentras algún problema en tu mente, automáticamente te dices a ti mismo: "No lo sé". Por esa razón Confucio insiste en conocerse bien uno mismo, saber lo que tiene y apreciarlo. Y por esa razón hablamos de pensamiento positivo.

-¿Qué efectos ha de tener el ser una "persona correcta"?

-A lo largo de su vida, Confucio alcanza los 3.000 discípulos, y casi todos vienen de familias muy humildes. Él tiene la idea de que cualquier persona tiene derecho a recibir una educación digna para ser una persona válida para la sociedad. Y más si se ocupa un cargo público, porque cuando una persona ocupa ese cargo importante puede tener una mayor influencia y ayudar a más gente y prestar más servicio a los demás. Por eso Confucio dice a sus discípulos que, con su comportamiento, cada uno haga bien su papel en la vida. Y si te conoces bien a ti mismo puedes hacer mayor servicio a los demás.

-El confucianismo está presente, sobre todo, en China.

-La China oficial empieza a hablar ahora de Confucio, porque ha habido tiempos en los que no se podía hablar nada de ello. Se dan cuenta de que para educar a los niños hay que recuperar esta forma de educación y sus valores morales. Confucio habla del amor filial y del amor de hermanos, y eso vale, hoy por hoy, para cualquier sociedad.

-Si todos somos hermanos, ¿quién es el padre/madre?

-Confucio dice que el cielo es padre y la tierra es madre; y a derecha e izquierda están los hermanos.

-¿Son dioses personales?

-Están simbolizados para que la gente pueda entenderlo. Son términos como los que usan los cristianos con Dios o Jesucristo. Pero realmente cualquier persona puede ser como Jesucristo porque todos tenemos espíritu de santos.

-Volviendo al confucianismo, ¿es asignatura en algún país?

-Lo es en Taiwán, donde la estudian desde pequeñitos hasta el Bachillerato. En China no es asignatura, pero por lo menos ahora es muy popular y hay colegios que basan su forma de enseñanza en Confucio. Por ejemplo, se recupera la enseñanza del amor fraternal. Imagínense un país tan inmenso como China, en el que todos los niños y niñas son hijos únicos. ¿Cómo se van a llevar bien? Cada niño es un emperador en su casa, pero cuando se juntan en el colegio todos chocan entre sí. Hay que recuperar ese valor de llevarse bien con los compañeros.

-¿Un cristiano puede introducirse en el confucianismo o hay incompatibilidades?

-No chocan porque el confucianismo es una idea, una forma de vivir. No importa si tú eres cristiano o musulmán, porque hablamos de la conciencia; y ante la conciencia todos somos iguales. Puedes seguir a tu iglesia y cuando vienes a un curso no pasa nada.

-¿Usted de quién depende? ¿quién le paga?

-Soy de Taiwán y tengo familia. Pertenezco a la Fundación Confucio y Mencio. Económicamente esta Fundación está sostenida por donaciones. Nosotros no cobramos los cursos porque la conciencia no tiene precio. Y hay gente que te ve trabajar bien y dona dinero para mantener el centro.

-¿Hay un "Vaticano" del Confucianismo?

-No tiene.

-¿Quién manda?

-Nadie manda en nadie. Dentro de ti hay un maestro que es el que lo hace.

-¿Quién la hizo a usted maestra?

-Soy maestra desde hace veinte años. Un día, como hay tanta gente necesitando un maestro que le pueda indicar cómo descubrir el suyo interior, fui candidata y me nombró otro maestro.

-Entonces, hay jefes.

-Puede llamársele jefe, pero es como un hermano mayor.

-Y si ustedes se desvían explicando la doctrina de Confucio, ¿qué instancia los corrige?

-Primero, nosotros hablamos de conciencia y no solo de conocimientos; y si tú actúas según tu conciencia y dejas a tu conciencia fluir, entonces sabes que lo que dices es correcto. Y segundo, para no cometer errores, hablamos según el libro de las "Analectas".