"La mayoría de lo que nos ofrecen o que comemos no es comida sino productos alimentarios, que no es lo mismo", dijo ayer en el Club FARO Adam Martin, especialista en alimentación y salud en una charla sobre "Claves para una alimentación saludable de toda la familia".

Presentado por el periodista de la TVG Tomás Alonso, este especialista lo explica de modo sencillo: "Comida es lo de toda la vida: las legumbres, verduras, cereales, carnes, pescados, frutos secos y semillas. Todo lo que nos proporciona la naturaleza, Somos animales. Pero si hay que escoger entre alimentos integrales o refinados, hay que escoger los primeros. También son más sanos los ecológicos, porque no contienen aditivos".

Adam Martin, que acaba de publicar en Grijalbo "Comer para ser mejores", comenzó explicando que, antes de nada, en la buena alimentación cada uno tiene que descubrir su propia realidad porque cada uno tenemos diferentes metabolismos, edades... y, aunque hay criterios básicos y generales que valen para todos, cada uno debe construir su propio modelo alimentario. "Pero no es cuestión de dietas -dijo-, que tienen efectos más episódicos y temporales, sino de cambios de hábito -afirma- y de buscar la sencillez de lo más natural y no perderse entre multitud de datos o exigencias de imposible cumplimiento o difícil comprensión".

También el medio ambiente

¿Qué mejoramos cuando comemos bien? Dice Martín que, evidentemente, nuestra salud. Y que eso tiene un sentido global ya que no solo significa que tendremos menos enfermedades o más cortas, sino que mejoraremos a nivel de energía mental y emocional." También mejoramos -añadió- el medio ambiente y, de rebote, nuestra salud. Así que es un círculo que se acaba cerrando. Y no digo que la salud sea el objetivo, sino la dirección. O vas en ella o no. Como también digo que cuando pensamos en buena alimentación no debemos pensar en mejorar la figura como objetivo, porque eso debe ser, si acaso, una consecuencia".

Toda esta forma de alimentarnos tiene consecuencias cada vez más graves, según Martín. "En los niños -afirma- estamos acercándonos al modelo anglosajón. Solo hace falta mirar las estadísticas: un 30% de los niños españoles tienen sobrepeso y crecen en ellos patologías de adultos como colesterol o problemas cardiovasculares, al tiempo que los adultos cada vez nos ponemos más malos o tenemos pequeñas dolencias que no son enfermedades pero que nos acompañan en el día a día como migrañas, estreñimiento o malas digestiones... Hay algo que estamos haciendo mal. Lo sabemos pero o no tenemos información o tenemos tanta y tan contradictoria que nos sume en la confusión".

Yo propongo, de todos modos, no hacer grandes cambios porque no suelen respetarse, a no ser que tengáis una voluntad de hierro. El problema de la alimentación es muy grave pero, si la causa está en los alimentos, en ellos está también la solución. Podemos mejorar radicalmente nuestra salud sin convertirnos en monjes ascetas. Y cada uno debe buscar su excepción y comerla sin sentirse culpable. Si comes bien el resto del tiempo ¡haz la excepción que te de la gana! La que te haga sentir más feliz.

¿Cómo definiría la alimentación que defiende Martín y que aparece en el libro? Citó a alguien que admira: "Michael Pollan, un periodista experto en nutrición, lo define así: hay que comer más verduras y menos productos animales, comer un poco menos y comer comida.

¿"Comer comida"? ¿Qué quiere decir con eso? No hay que consumir alimentos procesados y la mayoría deben ser integrales. En la medida de lo posible debemos intentar acceder a alimentos ecológicos? Todo el resto no es comida tal y como aparece en la naturaleza. Lo ecológico no tiene porqué ser sinónimo de saludable pero es sinónimo de menos perjudicial o de más saludable que otros productos porque la mayoría de ecológicos no contienen aditivos químicos de síntesis, y en ese sentido sí que son más saludables todos, en general.