El director de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, asegura que el sistema "de momento está aguantando" porque "es muy fuerte", pero advierte de que está "muy tensionado" y de que "si la crisis durase mucho más, podría ocurrir cualquier cosa". "La crisis influye en el sistema de trasplantes de muchas maneras y de ninguna buena", asegura Matesanz en una entrevista con Efe, en la que insiste en que "se está aguantando bien gracias al esfuerzo de todos".

Profesionales que realizan un trabajo duro y sin horario y que han perdido entre un 20 y un 30 por ciento de poder adquisitivo, reducción de camas hospitalarias o bajas no cubiertas son algunas de las "dificultades" del sistema sanitario en el que se asienta la ONT. A ello, se une una población "a la que se le pide que done los órganos", que está "rodeada por una realidad dura". No obstante, este nefrólogo que lleva 24 años al frente de la ONT y que ha sobrevivido a doce ministros con la única "receta" de ser "profesional", es optimista y resalta que, a pesar de la situación económica, el número de donantes y de trasplantes se mantienen estables. Así, los primeros seis meses del año se han cerrado con unos datos parecidos a los del año anterior.

"No ha lugar". Así de rotundo se expresa Matesanz cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que los aires de privatización lleguen a la ONT. A su juicio, la organización "no es susceptible" de ser privatizada, porque "somos autoridad sanitaria y como tal tenemos que formar parte de la estructura" del Ministerio de Sanidad.

Además, al ser un organismo "muy pequeñito", con un presupuesto mínimo y con pocos empleados, "los eventuales beneficios que pudiera tener una privatización serían escasos".

Resalta como uno de los mayores "éxitos" de la ONT haber logrado que la donación "haya pasado a formar parte del paisaje de la gente", pero también haber incorporado a los extranjeros, que "están donando al mismo nivel que los españoles".

Inmigrantes, algunos de ellos "sin papeles" que dejaron de tener tarjeta sanitaria el pasado mes de septiembre, pero que no por ello se les ha sacado de las listas de trasplantes. "A nadie se ha dejado de trasplantar por tener o no tener tarjeta sanitaria; se les ha tratado como pacientes urgentes, no se ha excluido a nadie", subraya. Lo que sí están logrando los nuevos requisitos para obtener la tarjeta sanitaria es poner coto a "un problema muy serio", el turismo de trasplantes. Gente que venía a España específicamente para ello y, que en algunos casos, lo hacían a través de "organizaciones perfectamente estructuradas".