El asma es la patología crónica más frecuente en la infancia y se ha convertido en la primera causa de ingreso hospitalario de los niños, además de ser el principal motivo de absentismo escolar por enfermedad crónica. En Galicia, su prevalencia media es de un 12%, aunque en zonas del litoral puede alcanzar el 18,5%, como es el caso de Vigo. La ciudad olívica encabeza a las españolas con una mayor prevalencia de asma, debido a la humedad, que favorece la presencia de ácaros, y factores ambientales como la polución atmosférica, según se constata en el estudio internacional de Asma y Alergia de la Infancia, que se realizó en 2008 y que ahora validan los expertos.

Sin embargo, el asma puede mantenerse bajo control conociendo mejor sus síntomas para poder actuar sobre ellos en cuanto aparezcan para evitar posibles crisis o minimizar sus efectos, aunque esto solo lo consiguen tres de cada diez enfermos. En este aspecto centra este año la Sociedad Española de Neumología Pediátrica el Día Mundial del Asma que se celebra hoy, para lo que recomienda "El asma en la infancia y la adolescencia", libro editado por la Fundación María José Jove y BBVA y dirigido por el pediatra gallego Ángel López-Silvarrey.

"El asma es una enfermedad crónica, pero se puede controlar siguiendo el tratamiento de forma adecuada y conociéndola al máximo para evitar la exposición a sus factores desencadenantes, y saber detectar las crisis y cómo actuar", reconoce el especialista, que añade que tener la enfermedad bajo control redundaría no solo en una mejor calidad de vida del enfermo, sino también en un ahorro del gasto sanitario. En este sentido, el International Study of Asthma and Allergies in Childhood (Isaac), del que López-Silvarrey es el coordinador en Galicia, cifra entre 1.533 euros y 1.726 euros el coste anual del enfermo asmático adulto mientras que en los niños el coste total que supone el asma es de unos 532 millones de euros, distribuidos en un 60 por ciento como costes directos (sanitarios) y un 40 por ciento indirectos.

"Tener el asma controlada supone no tener crisis o tenerlas mínimas y leves, ni síntomas fuera de estos episodios, lo que permite al paciente llevar una vida normal y evita las hospitalizaciones con lo que esto supone de ahorro en el gasto sanitario, a veces evitable. Si al hacer ejercicio tu respiración no suena normal, no tienes controlada tu asma", explica el especialista.

Sin embargo, reconoce que alcanzar esta meta no siempre es sencillo, ya que se trata de una enfermedad crónica que no solo requiere un tratamiento, sino unas pautas en el estilo de vida que hay que seguir de por vida, y muchas veces no se tienen en cuenta. "Hay entre un 60 y un 70% de pacientes que no alcanzan el grado de control que deseamos porque no siguen bien los tratamientos o porque no conocen bien las circunstancias de su enfermedad", reconoce.

En el caso del niño, es fundamental que el conocimiento sobre su enfermedad traspase el entorno familiar y que todos los agentes que tienen relación con el pequeño, entre ellos la escuela, conozcan los factores desencadenantes de la enfermedad, sus síntomas cómo proceder. "El asma tiene dos factores desencadenantes: el alergénico y el vírico. Hay que saber qué factor desencadena el asma y cómo se manifiesta en cada persona, porque no todos tienen los mismos síntomas, para actuar", añade.

También recomienda anticiparse a un periodo tan crítico para los asmáticos como es la primavera siguiendo un tratamiento preventivo que evite la aparición de los síntomas. "Con un invierno tan lluvioso, si la primavera se presenta seca es muy problable que el nivel de polen sea muy elevado, algo que no es una buena noticia para los asmáticos, aunque en Galicia nos preocupa más los ácaros", reconoce el especialista.