La Asociación Galega de Editores hace un llamamiento social a favor del libro y de la lectura con motivo del Día del Libro, que se celebra el 23 de abril, con el fin de que se reconozca social y políticamente el papel trascendental que el libro y la lectura tienen en el desarrollo de las personas y de los países. Por este motivo, esta organización, que representa a los editores gallegos y que preside Manuel Bragado, ha hecho público un documento estratégico y ha elaborado un decálogo de medidas que resume las reivindicaciones del sector delante de las administraciones. "Las instituciones públicas tienen la obligación constitucional y estatutaria de proteger los bienes culturales e industriales que hacen posible que esos bienes se difundan entre la ciudadanía", afirma el colectivo.

Las diez medidas que exigen los editores en este decálogo son: el "reconocimiento efectivo" del sector del libro "como sector de la industria cultural de carácter estratégico y prioritario" para Galicia; un plan de apoyo a las redes de librerías; la creación de un bono cultura por parte de la Xunta; la ampliación y mejora de la red bibliotecaria pública; apoyo y desarrollo de la red de bibliotecas escolares y de aula en todos los centros educativos no universitarios; apoyo a la promoción y fomento de creación de bibliotecas familiares; la adquisición de todas las novedades editoriales en lengua gallega destinadas a las 465 bibliotecas públicas de Galicia; la puesta en marcha de un plan de fomento a la lectura, con especial atención a su presencia en televisión, internet y redes sociales; un plan cuatrienal de traducción al gallego, y la creación de una oficina de promoción a la literatura y del libro gallego en el mundo.

Sobre este último aspecto, los editores gallegos defienden que se incrementen las ayudas a la traducción y que se difundan internacionalmente con el fin de participar en el intercambio y difusión de obras escritas en gallego traducidas a otras lenguas y obras de otras lenguas traducidas al gallego.