La justicia y la libertad, pero sobre todo el instinto de supervivencia de los vencidos ante la opresión de los vencedores transitan por el texto de José Sanchis Sinisterra "Ai, Carmela!", cuya versión en gallego, producida por Teatro do Adro, dirige Tito Asorey y protagonizan Josito Porto y Melania Cruz. La pieza, que la compañía traslada a tierras gallegas y que Porto califica como una "historia de héroes no reconocidos", llega hoy (20.30 horas) al Teatro Novacaixagalicia de Vigo.

–¿Qué es lo más difícil de meterse en la piel de Paulino?

–Paulino es un personaje con un punto de patetismo. A su manera, la obra es un pequeño homenaje a los héroes no reconocidos que vivieron unas circunstancias muy duras. Y por eso la obra se mueve siempre entre el humor y el patetismo de un personaje que realmente ha tenido vivencias muy duras, pero sin perder de vista el humor que suele estar en la propia crueldad. A veces, las situaciones más crueles y dramáticas consisten en sacar ese humor.

–¿Como una forma de autodefensa?

–Exacto. Además es una situación límite. Ahora estamos en crisis, pero sin quitarle el mérito a esta, en el caso de estos cómicos no es que se queden sin cobrar si falla esa función que les han encargado para celebrar la victoria de la batalla del Ebro y que no tiene ni pies ni cabeza; lo que está en juego es su vida. Como actor, es muy bonito jugar en ese límite, con las emociones. Y "Ai, Carmela!" es un viaje continuo por las emociones, tanto para nosotros como para el público.

–¿Quién es más valiente, Carmela, que fiel a su sentido de la justicia no acepta las órdenes, o Paulino, que por supervivencia accede a representar esa obra?

–Aún ayer, después de ver una de estas noticias aterradoras en el telediario, una compañera y yo comentábamos qué haríamos ante una situación extrema. Lo que tenemos en la cabeza es lo que querríamos hacer, pero en ese momento no sabes cómo actuarías. Carmela es una mujer valiente, que planta cara a los fascistas, pero Paulino siempre está a su lado y lo que quiere es que ella no caiga. Creo que son dos formas de ser valientes, la de Carmela es una valentía más tópica, la de ir con los ojos cerrados, y la de Paulino es la de intentar ver por dónde puedes salir. Creo que tildar a Paulino de cobarde sería injusto solo porque no se enfrenta a los sublevados, porque es la mal entendida heroicidad de Carmela la que les lleva al fracaso.

–Años después, Paulino continúa intentando convivir con su derrota...

–Tanto Carmela en su eternidad como Paulino tienen dudas sobre por qué hicieron esto o aquello, lo que demuestra que ninguno tiene la verdad absoluta. Además, en nuestro final, la relación se rompe definitivamente. Es un final completamente humano, más trágico y poético.