Mientras se prepara para intentar repetir como presidente autonómico, Miguel Ángel Revilla ha escrito sus memorias, que ha presentado en Compostela días atrás. Al hombre al que "preocupa" España por el hecho de que sea noticia ir en taxi, no llevar escolta o regalar anchoas, en "Nadie es más que nadie" repasa a personajes como Zapatero, Aznar, Blanco o el rey, al que profesa respeto y admiración.

–¿Sigue profesando al rey el cariño que describe en el libro?

–Desde el 23 de febrero famoso mi agradecimiento a él será perpetuo. Hay algunas sombras, sobre todo en los últimos tiempos, y yo las achaco, y una vez se lo dije, a que está rodeado de mucho pelota, que no le dice más que lo que quiere oír. Y claro, si el rey está en una urna y no baja a que alguien le cuente cómo está viviendo ahora España, malo. Yo le he dicho al rey: cuando quieras saber la verdad, llámame a mí, que yo sí estoy en las ferias, en los bares, en la calle. Lo de ahora fue una metedura de pata y tenía que pedir perdón, que es una cosa maravillosa. Lo mismo si lo hace la persona que está al frente de la jefatura del Estado y que además tienen que dar ejemplo, como él mismo dijo en Navidad.

–Ciertos políticos no quedan muy bien en su libro...

–Hay un personaje al que machaco porque tengo todos los motivos para hacerlo, que es José Blanco, que nos ha engañado a los cántabros con el AVE. La credibilidad de los políticos cae por los suelos cuando ocurren cosas de esas.

–Pero parece que sale peor parado el expresidente Aznar, por lo de Irak...

–Es que la guerra de Irak es el origen de esta crisis. Haber quemado tres billones de dólares en matar gente en vez de dedicarlo a otra cosa... ¿Y el mundo es más seguro ahora? No. No había Al Qaedas ni bombas, solo un sátrapa, pero desarmado y que producía petróleo. Lo peor es que Aznar no ha pedido disculpas porque aquello no estuvo bien. Después de la II Guerra Mundial fue la peor tontería que se ha hecho. No tiene justificación. Han metido al mundo en un lío de la leche.

–Zapatero le cae mejor, ¿no?

–Es muy buena persona, un demócrata honrado, pero me falló al final con el AVE. Creo que ya estaba en las últimas, que ya no tenía esa capacidad de liderazgo.

–¿Qué opina de los recortes ordenados en diferentes sectores?

–Con tijeras solo no se sale de esta. Apunto un modelo en el libro. El futuro no es el petróleo, que nosotros no tenemos ni para mecheros; son las energías renovables.

–Si las anchoas van por delante, ¿todas las puertas se abren?

–Claro. Esa tradición viene de mis orígenes. Son detalles que valen poco, pero se aprecian.