"Los asesinatos matemáticos son un patrimonio de la Humanidad, aunque el universo aún no los haya reconocido", decía ayer en el Club FARO el matemático y escritor Claudi Alsina con ese sentido del humor que acompaña a sus charlas y libros y que tan bien le sirve para hacer de esta asignatura (y no solo asignatura) algo atractivo para todos. "¿Es usted un asesino matemático?" era el título de la conferencia que, apoyada en imágenes, le presentó Adela Rodríguez, profesora en el Instituto República Oriental del Uruguay de Vigo.

Alsina afirma que los asesinatos matemáticos, errores de muy diverso tipo con las cifras que a veces resultan inesperados o sorprendentes, no dependen de las clases sociales, ni de los niveles educativos adquiridos, ni de los países o épocas. "Su jardín es todo el mundo, nos acompañan a lo largo de la vida y todo apunta a que hoy por hoy tienen asegurado un futuro muy amplio, aunque sería deseable que no aumentaran y por eso a los niños, la sociedad del siglo XXI, hay que transmitirles una actitud positiva frente a lo números", dice.

Grandes errores

El escritor, que publicó en Ariel "Los asesinos matemáticos atacan de nuevo" y afirma que no tienen ningún tipo de penalización porque si la tuviesen nuestras calles estarían vacías, quiso dejar claro al principio de su charla que asesinatos no son solo los pequeños errores que están en nuestra vida cotidiana (facturas, etc) sino que, como los números están en toda nuestra vida, hay también cifras vitales que se "asesinan" cuando dicen con ellas verdaderos disparates los políticos, los médicos y hasta los jueces, cuando se sirven de estadísticas, cuando se dan por hecho fechas erróneas del calendario, descripciones de contenidos en alimentos.... "No hay una tipología física del asesino matemático -dice- porque tanto puede ser un juez dictando sentencia como un político haciendo una broma, un médico escribiendo una receta..."

Alsina nutrió fundamentalmente su conferencia de ejemplos de estos asesinatos en el mundo de la literatura citando a autores como García Márquez o Almudena Grandes en la actualidad o retrotrayéndose en el tiempo hasta Aristóteles o el mismo monje matemático Dionisio "el exiguo", " que estableció en el calendario gregoriano como año primero de la era cristiana el del nacimiento de Jesús "con lo que, haciendo estrictamente números, Jesucristo habría nacido 4 o 5 años antes de Jesucristo".

No se salvaron los políticos en ese repaso de Alsina por la vida equívoca o errónea de los números. "Hace poco -comentó con ironía- se le preguntó a Mariano Rajoy si en casa ayudaba a hacer los deberes a sus hijos y respondió que sí en Geografía e Historia pero en Matemáticas no se atrevía. Tratándose de niños de Primaria da cierto pavor pensar en un presidente de Gobierno que tiene que trabajar con cifras macroeconómicas..."

Tampoco se salvó Zapatero: "Dijo que en la financiación autonómica todas las comunidades autónomas recibirían por encima de la media. Ustedes convendrán conmigo que esto no es posible, como el de esa marca cosmética que dice que mejora en un 58 por ciento su cutis. ¿No un 56 o 57?"

Afirma este matemático que hay muy diversos tipos de errores y no solo negativos (imperdonable, inconfesables...) sino positivos. "Por ejemplo -dice-, el error de inclinación de la Torre de Pisa. Hace poco se hizo una gran obra pero no para corregir su inclinación sino para mantenerla, ya que sin ella Pisa no tendría interés alguno".

Para Alsina los asesinatos matemáticos pueden ser involuntarios (falta de atención, error de lectura o interpretación...) o ser el fruto de una perversa actitud como manipular resutados, alterar la declaración de la renta... o mentir en el mundo de la publicidad. "Fíjense ustedes en la publicidad de la crema Retinol, por ponerles un ejemplo entre un montón. Durante el verano de 2010 nos bombardeó diciendo que "borra una de cada cuatro arrugas. Tal exactitud crea sospechas y digo yo: oiga ¿no podría ser media arruga cada vez? ¿qué ocurre si alguien tiene solo tres arrugas? ¿acaso aplicando cuatro veces el tratamiento desaparecerán todas las arrugas?".

El 46 por ciento de Alabama irá al infierno

Alsina, que afirma que en el terreno de la publicidad engañosa las matemáticas pueden ser utilizadas con fines perversos, ironiza afirmando que solo la magia publicitaria hace posible que los limones puedan ser salvajes y del Caribe. Y, al hablar en otro momento de políticos que utilizan cifras erróneas, citó a Lula, el presidente de Brasil. "Le dijeron que el 60 por ciento de los electores querían que saliera y él respondió que si le hubieran preguntado a él sería el 61. Ya se darán ustedes cuenta de que no se hace así el porcentaje".

"Igual que en el caso del número de arrugas que puede quitar una crema -dijo-, tampoco deben fiarse ustedes cuando dan grandes cifras. Les cuento el caso de un matrimonio en visita a un museo de Ciencias Naturales, que preguntó a un guarda cuántos años tenía un dinosaurio y éste les dijo que noventa millones y seis años. Sorprendidos por tanta precisión y preguntándole otra vez por ella, les matizó: "Es seguro porque yo entré hace seis años y entonces m dijeron que tenía noventa millones".

Conciencia numérica

Alsina, que considera que "el futuro de los asesinatos matemáticos es prometedor si no tomamos conciencia de la importancia de los números, contó el caso de esa secta batista de Alabama que, tras un estudio, concluyó que el 46 por ciento de los habitantes de ese Estado irían al infierno y publicó un detallado mapa de tantos por ciento en cada distrito territorial. O quienes publicaron la fórmula de la felicidad (f=g+c+v), siendo f el factor genético, c las cosas personales y y v la voluntad que se pone. "Vale, si ellos quieren, será así".