Por las manos de Christian Chams han pasado actores, políticos y miembros de la realeza (se dice que incluida la Reina Sofía) que buscan rejuvenecer sus rostros y, de paso, esconder algún defecto. La última en sumarse a esta larga lista sería la exvicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega. Él ni confirma ni desmiente, aunque asegura que ella “está estupenda”.

-Su nombre va unido a “celebrities” y casas reales...

-Efectivamente, pero comprenderá que mi profesionalidad me impida hablar de mis clientes. De todas formas, si acudes a internet, la lista de nombres es larga e incluye hasta María Teresa Fernández de la Vega.

-¿Quiere decir que es usted el artífice de este cambio?

-(Risas) No puedo confirmar nada. Lo que sí puedo decir es que el caso de Fernández de la Vega es todo un ejemplo de cómo se puede mejorar de una manera tan estupenda. Esta mujer nunca ha estado tan bien como ahora, aunque también ha influido el que haya engordado algunos kilos, Estaba muy delgada.

-¿Hay mucha cirugía detrás de esta transformación?

-No. La única parte operada es el cuello. En la cara se le han puesto inyecciones de vitaminas y oligoelementos.

-¿Qué personaje famoso encarna la perfección estética?

-Sharon Stone. Tiene una belleza muy natural y una armonía de la cara perfecta. También me gusta Demi Moore. Ambas poseen una estructura osea que permite al médico hacer todo lo que quiera, “moldear” a su gusto.

-¿Es que no todos los rostros aguantan una operación o tratamiento estético?

--Efectivamente. Hay cosas que puedes mejorar, pero si tienes los huesos dispuestos de una determinada manera no puedes, por ejemplo, elevar los pómulos. Todo el mundo puede mejorar determinados aspectos, pero hay otros factores que intervienen, como los genéticos, el tipo de piel, pero sobre todo la anatomía de la cara, que condiciona mucho lo que quieres hacer en ella.

-¿A qué famoso o famosa se le ha ido la mano con la estética?

-A Berlusconi, no me gusta nada. Bien podría aprender del actor Arturo Fernández, que a sus 80 años está fenomenal.

-No parece que todos los profesionales actúen de la misma manera al ver el resultado.

-Es cierto, con la estética pasa como con la anorexia. En tu consulta recibes a mujeres que están estupendas y quieren cambiarse algo o también a las que están llenas de rellenos y aún te piden más. Ahí los médicos tenemos que ser muy prudentes y no entrar en su obsesión. Aunque es un tema muy difícil, porque la mujer que se quiere operar siempre lo va a conseguir.

-¿Varían las necesidades de una actriz o una reina?

-La actriz siempre pone el acento en la caricatura. Es decir, en resaltar una parte de su cara o de su cuerpo que le gusta. La realeza, cosas más discretas.

-¿Y qué hay de los hombres?

-Pues ahora hay más hombres que nunca que se someten a tratamientos de estética. Por cada 8 clientas yo tengo 2 hombres y en Italia la cifra está al 50%

-¿No se fijarán en Berlusconi?

-No, tengo sobre todo a políticos entre mis clientes, pero no es algo que ocurra solo en Italia. Los políticos, de todas las tendencias, son cada vez más aficionados a los tratamientos, aunque muchos no quieren que se sepa.

-¿Qué pide un político?

-A partir de 45 años quieren parecer más jóvenes y por debajo de esa edad buscan disimular defectos que la TV acentúa.

-¿Pasando factura la crisis?

-Al contrario, no paramos. En mi caso, me levanto a las 5 de la mañana y no termino de trabajar hasta las 11 de la noche. Incluso los domingos empiezo a las 7 de la mañana y no termino hasta las 11 de la noche. La gente ahorra en otras cosas. La estética es bienestar y eso es sagrado porque la gente necesita sentirse bien en esta situación.

-¿Es partidario de que chicas de 16 años sigan tratamiento?

-Las jóvenes se pueden hacer este tipo de tratamientos, aunque no por problemas de envejecimiento. Los últimos avances permiten abordar problemas estéticos de nacimiento, como las ojeras o labios excesivamente finos. Siempre puede existir riesgo a que haya un problema de adicción, pero cada vez es menor. Cuando empezamos hace 30 años todos los médicos que nos dedicábamos a la estética trabajábamos en colaboración con un psiquiatra y ahora ya no es necesario porque no existen esos problemas.