Cercano y simpático en las distancias cortas, el popular artista cordobés se encuentra en plena gira para presentar su nuevo espectáculo, Calé, con el que repasa una carrera en el mundo del baile llena de éxitos.

-Presenta su nuevo espectáculo como un repaso a su trayectoria. ¿Por qué decide hacerlo ahora?

-Quiero hacer un viaje más en mi vida. En el ecuador, con 42 años, quiero ver de dónde vengo y dónde estoy para reencontrarme conmigo mismo. Tengo esa necesidad. He creado seis obras que han dado la vuelta al mundo. He hecho una retrospectiva de todo mi trabajo en estos últimos 20 años y lo plasmo con un espectáculo nuevo con sus coreografías y música. Pero intentando acordarme de cada obra. He cogido fragmentos musicales y los he readaptado. Las cosas cambian. A nivel coreográfico he hecho lo mismo. Y la historia que he creado se titula Calé, que significa gitano en castellano.

¿Se siente suficientemente reconocido en España?

-Como lo soy en el extranjero, no.

-¿Y eso le pesa?

-Me duele porque soy gitano nacido en España. Me puede dar rabia que cuando doy una rueda de prensa en Nueva York, vengan 300 medios de comunicación y me traten como si Madonna hubiera llegado aquí. Y que después venga a mi tierra y parezca que, por ser español, soy menos.

-Supongo que es consciente de que este tipo de declaraciones le ha generado la apariencia generalizada de divo.

-Lo bueno que tiene esta crítica es que aquí sigo siendo el mismo. Tengo a mi familia, a mi gente y a mi público, que es fiel y me conoce desde hace 20 años. Ellos saben cómo soy. Si los medios no quieren decir lo que soy, me parece bien. Yo estoy tranquilo y mi conciencia, también.

-¿Qué le queda por hacer?

-Mucho. Otra cosa es que ya haya alcanzado muchas metas. Pero sigo siendo un niño que quiere seguir volando... Un poco como el síndrome de Peter Pan.

-El flamenco, dicen, es una queja, un lamento. ¿Qué opina usted de las protestas que lanza el Movimiento 15-M?

-La gente tiene todo el derecho a reivindicar, a pedir, a exigir. Estamos en democracia. Estoy totalmente de acuerdo con el movimiento aunque no me voy a acampar porque estoy viajando y trabajando. Pero lo entiendo. A mí los temas políticos no me gustan. No entro para nada. Uno acaba haciendo su propia política cuando se mantiene como república independiente.

-Más que usted zapatean pocos, ¿no?

-Hay mucha gente que zapatea. No todos lo hacemos igual.

-¿Sobre qué zapatearía ahora?

-Donde ya lo hago, sobre el escenario con un tema de bien cultural. Llevaré mi cultura al mundo como lo he hecho hasta ahora para seguir haciendo felices a millones de personas.

-Usted ha dicho de sí mismo que fue patrimonio de la humanidad antes que el propio flamenco...

-Mi patrimonio artístico es legado universal declarado por la Unesco un año antes que el flamenco.

-Como miembro de la SGAE, ¿qué opina de las detenciones y cargos que se le imputan a parte de su cúpula dirigente?

-Los derechos bien gestionados se han cobrado y yo tengo que exigir que mis derechos se me concedan. Está claro que no es el mejor momento para hablar de la sociedad con lo que está pasando ahora. Pero yo me alegro, porque si había algún problema espero que se arregle.