-¿Resistir imperturbable le ha favorecido?

-En su imagen como líder, no, pero ha ganado en el PP: cuando perdió las elecciones en 2008 una gran parte de su partido lo quería tirar por la ventana y ahí es´ta, es el candidato y, ahora, el jefe indiscutible. Ha aplicado la máxima de Cela, ‘en España, quien resiste, gana’.

-¿Es lo que le recomienda su consejero Pedro Arriola?

-Arriola lo que le dice es que no se moje. Siempre tuvo la teoría de que quien pierde las elecciones es el Gobierno, no las gana la oposición. Yo creo que eso está un poco pasado, pero en este caso puede ser: el paro, la crisis y la quiebra del presidente Zapatero son tan brutales que le están dando la razón. Y no hay tiempo para la recuperación.

-Su imagen sigue por los suelos y faltan dos años para las elecciones generales: una eternidad.

-La situación es trágica, de emergencia. Con un paro del 22%, ninguno de los parámetros electorales valen, porque al millón y medio de familias sin trabajo le es igual la ideología, lo que quieren es comer.

-¿Es un ‘gran arcano’?

-Hay varios Rajoy pero en él la galleguidad es sumamente importante. Ha cundido la imagen del bon vivant, del vago fumando un puro en una hamaca; hay otro Rajoy dominado por Aznar, que no toma decisiones...

-Parece que no logra liberarse de la sombra de Aznar.

-Se liberará realmente la primera noche que pueda dormir en el Palacio de la Moncloa. Cuando sea presidente, la fuerza del aznarismo habrá muerto, pero mientras tanto, Aznar sigue siendo un icono para la derecha porque fue quien la llevó al poder, y también la echó. Está ahí, aunque Rajoy ha ido desactivando el aznarismo en los puestos clave.

-Cuando no es Aznar es Esperanza Aguirre quien le incordia.

-Hubo momentos muy tensos. La derecha española agrupada en torno al PP es muy variopinta: hay un sector de ultra, un sector más de derecha que es el de Aznar y Aguirre y yo creo que precisamente por eso Rajoy está ahí: porque no es ni liberal, ni socialdemócrata, ni democristiano. Rajoy es Rajoy, un tío de provincias de derechas que aglutina a ese inmenso carajal.

-Portada de El País y cinco páginas de entrevista con el director, ¿es la antesala?

-Efectivamente, es la bendición del primer medio del centroizquierda. Además, Rajoy tiene una magnífica relación personal con el hijo de Polanco, el presidente de Prisa.

-¿Ningún líder de la derecha padeció una campaña tan cruel?

-Desde Antonio Maura, nunca. Incluso Fraga, que venía de donde venía, o Aznar tuvieron el apoyo de la derecha mediática. Rajoy, no, le han dado hostias por activa y por pasiva, fue muy cuestionado, aunque ahora no hay más que ver El Mundo: todos acuden en auxilio del ganador.

-Su círculo de confianza está formado por gallegos, ¿sólo se fía de ellos?

-En gran parte, sí: Ana Pastor, Paco Villar, Feijóo, Iribarren, Viri, su mujer... Da mucha importancia a la opinión de este clan porque son sus amigos. Tiene gente de confianza, como Soraya Sáenz de Santamaría o Dolores de Cospedal pero su círculo es gallego.

-Una herencia envenenada: caso Matas, Gürtel...

-Esas cosas le desazonan. Rajoy las asumió sin pestañear y yo creo que debía de haber sido más diligente. No hay connivencia, Rajoy es una persona honrada, pero tiene que liquidar cabezas, y lo lleva muy mal, es lo que peor lleva.

-Gürtel no sólo afecta a Camps sino también a Ana Mato, una colaboradora muy próxima.

-Sí, es que le cuesta mucho [cortar cabezas] y quiere tener pruebas contundentes y sentencias judiciales. Le jode mucho tener que decir ‘oye, a la puta calle’. Sufrió mucho a la hora de echar a Bárcenas.

-Pero es capaz de prescindir de su secretaria después de diez años, sin contemplaciones.

-Las dos cosas son ciertas. Contradicciones humanas. Podía haberse desmarcado de la trama Gürtel porque eso pertenece a la etapa Aznar-Cascos, pero, enfin, le ha tenido mucho respeto a Aznar.

-¿Tiene ideología?

-Poca. Es un hombre eminenetemente práctico. Tiene una ciertavocación social, mucho más que los liberales, porque no deja de ser una alto funcionario del Estado. Rajoy es, simplemente, de derechas.

-¿Muy de derechas?

-No, por eso lo eligió Aznar, entre otras razones. Siempre apela al sentido común, no es un talibán de nada, salvo del ciclismo o del fútbol; para el resto, un pragmático.

-¿Tiene mucha retranca?

-Tiene una retranca del carajo. Muchas veces no se le entiende, tienes que ser muy marianista. Como cuando le preguntaron por Aguirre, Gallardón y Rato, y dijo: ‘bueno, aquí cada uno está donde tiene que estar’, es decir, ‘el jefe soy yo y los demás están donde yo les digo’.

-Opuesto a Aznar, siempre demostrando quién era el jefe.

-Un estilo muy diferente, pero Rajoy ya no necesita demostrar nada porque en Génova ya levitan.

-¿Lleva mal no saber inglés?

-Sí, pero lo está aprendiendo.

-La verdad es que tampoco quiso aprender gallego.

-Fraga siempre le decía ‘Rajoy, cásese y aprenda gallego’.

-Elvira Fernández, Viri, la mujer de Rajoy, ¿cree que tiene gran influencia?

-Ahora es muy influyente. También es gallega y Mariano suele referirse a la gran intuición que tiene su mujer: ‘fíate de este, de este otro no te fíes’... le dice esas cosas.

-Más desconfiada...

-Eso dicen. Es que han sufrido.

-Le han llamado anticuado.

-Tiene fama de anticuado, incluso fuera de España, pero es que Rajoy no quiere someterse a operaciones de maquillaje. Dice ‘qué coño tiene qué ver eso para saber administrar los intereses de los españoles’. Y eso que hace esfuerzos, pero dice ‘yo soy como soy’.

-Ahora hace ejercicio y tiene entrenador personal.

-Sí, corre una hora diaria. Y está flaquísimo.

-¿De los disgustos?

-Hombre, la presión debe ser brutal, y más ahora ante la posiblidad de llegar a la Moncloa.

-Su equipo: Jorge Moragas.

-Un diplomático catalán, de 43 años, ambicioso y muy inteligente. Trabajó con Felipe González en la Moncloa y con Aznar.

-Pedro Arriola.

-El consejero aúlico exterior.

-José Manuel Romay.

-Gallego y de plena confianza. el descubridor de Núñez Feijóo.

-Alberto Núñez Feijóo.

-Un barón en ascenso en el PP nacional. Muchas ambiciones.

-Alberto Ruiz Gallardón.

-Ha entrado en su círculo, sabe que sin Mariano está acabado.

-Esperanza Aguirre.

-El verso suelto del PP pero imprescindible para que Rajoy llegue a la Moncloa.