La libertad de voto de los 48 diputados de CiU y los 37 del PSC en el Parlamento autonómico será clave hoy en la decisión de si Cataluña prohíbe las corridas de toros, en una votación de máxima expectación seguida por lo medios más influyentes del mundo, desde la CNN al "The New York Times".

Los defensores de la fiesta han intentado convencer a los diputados catalanes, especialmente a los de CiU, de que se opongan a la iniciativa, en vista de su pérdida de terreno frente a los antitaurinos. Aunque ambos bloques se muestran convencidos de sus posibilidades de éxito.

De momento, los abolicionistas suman 33 votos confirmados a favor de sus postulados, tantos como representan ERC (21) e ICV-EUiA (12), prácticamente el doble de los 17 que se agrupan en torno a PP (14) y Grupo Mixto (3), que en cualquier caso también han anunciado el sentido de su voto. El Parlament lo integran 135 diputados y la decisión final está en manos de CiU y PSC. Ambas formaciones han dado libertad de voto a sus diputados.

La mayoría absoluta, fijada en 68 diputados, hace que los protaurinos necesiten 51 diputados para conseguir la supervivencia de las corridas en Cataluña (el 60% de los representantes de CiU y PSC), mientras que los antitaurinos solo 35 (el 41%), si bien la abstención o la ausencia al decisivo pleno modifica cualquier cálculo previo.

El debate se ha prolongado durante más de medio año desde la admisión a trámite de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP) respaldada por 180.000 firmas.

En la votación, ambos bloques confían en que su postura es la que saldrá victoriosa. Según CiU, la prohibición de las corridas prosperará aunque el PSC votase en bloque para evitarlo. El tripartito expresó su confianza en que los toros no se utilicen como un "elemento de confrontación" entre Cataluña y el resto de España.

Un informe redactado por el profesor del Economía Vicente Royuela, encargado por una plataforma de defensores de los toros aseguran que prohibir las corridas conlleva una indemnización de más de 300 millones para los promotores de este tipo de festejos, que supondrían 57 euros a cada catalán. La supresión de los toros en esta región sólo afectará a la plaza Monumental de Barcelona, propiedad de la familia Balañá y única activa en la comunidad de Cataluña.

El PP acusa a "algunos" de "convertir" la posible supresión de la fiesta en un debate "identitario", ya que las comunidades tienen competencias para "regular". Dolores de Cospedal lamentó que algunos partidos traten de hacer política "a costa de las tradiciones de un pueblo". Javier Arenas subrayó que no se van a "mantener impasibles". El escritor catalán Pere Gimferrer afirmó que la supresión de la fiesta de los toros será "la mayor agresión cultural desde la transición". Las redes sociales se han volcado con el debate y animan a detractores y defensores a concentrarse: en Barcelona los taurinos y en Madrid los antitaurinos.