El secretario privado del Papa, Georg Gaenswein, visitó a Susanna Maiolo, la mujer de 25 años que empujó y tiró al suelo al Pontífice en la Basílica de San Pedro durante la Misa del Gallo, la pasada Nochebuena, en el centro hospitalario en el que está internada.

Así lo confirmó ayer el portavoz vaticano, Federico Lombardi, a través de un comunicado de prensa, en el que explicó que el secretario de Benedicto XVI manifestó a la joven el interés del Pontífice por su "situación".

No obstante, Lombardi no precisó el día en que tuvo lugar la visita de Georg Gaenswein al centro sanitario y se limitó a señalar que ésta fue "en los pasados días".

Lombardi se refirió además al procedimiento iniciado por la magistratura del Estado de la Ciudad del Vaticano por el incidente ocurrido durante la Missa del Gallo y aseguró que éste "seguirá su curso hasta su cumplimiento".

"Il Giornales" informó de que Gaenswein le llevó un rosario y le contó que el Papa creía en sus buenas intenciones y la había perdonado. El diario agregó que el anciano cardenal francés Roger Etchegaray, quien sostuvo una rotura de cadera en el incidente, también había enviado un mensaje de perdón.

Maiolo, que aseguró que no quería hacer daño al Pontífice, llegó a Roma desde Suiza, donde residía, para asistir a la Misa del Gallo, y una vez dentro de la basílica de San Pedro logró saltar una de las vallas con las que se crea un pasillo en el interior del templo para que pase el Papa entre los cientos de fieles que acuden tradicionalmente a la celebración del santo oficio que se celebra en Nochebuena.

A pesar de la intervención de la seguridad vaticana, la mujer logró llegar hasta Benedicto XVI y agarrarle el palio. Esto hizo que el Pontífice perdiese el equilibrio y acabase cayendo al suelo ante el estupor de los presentes. El Papa resultó ileso, pudo continuar con la ceremonia.

Desde que sucedieron los hechoe en la noche del pasado 25 de diciembre, la joven se encuentra ingresada en el hospital Angelucci de la localidad de Subiaco, cercano a Roma.

Los médicos que la atendieron tras la agresión aseguraron que se trata de una persona con "problemas psíquicos" y con un "pensamiento inestable", que fue lo que la llevó a intentar en dos ocasiones (en la Nochebuena de 2008 y en la de este año) a acercarse al Pontífice.