El embajador español ante la Santa Sede, Francisco Vázquez criticó ayer la retirada de los crucifijos en los colegios –medida aprobada la pasada semana por el Congreso de los Diputados y a la que se opone el PP– al asegurar que se trata de un símbolo con una vertiente que "va más allá de la religión". "Para una persona de izquierdas como yo es el referente máximo del valor de la solidaridad, de la igualdad y la defensa de los más desfavorecidos. Valores que la izquierda siempre ha defendido", resaltó el ex alcalde de A Coruña durante una entrevista a la Cope.

Vázquez, que parte de la base de que "tan malo es prohibir como imponer", sostiene que debe ser el sentido común el que marque el respeto por esta figura, a la que define como un símbolo "de la cultura y la civilización occidental".

Por ello, el embajador español en el Vaticano asegura que la decisión de retirarlos o no debe quedar en manos de los propios colegios. "Esta polémica se termina de forma rápida y sencilla si se deja que sean las comunidades escolares las que elijan. No hay que olvidar que la ley de educación ya establece cuales son las funciones de las asociaciones de padres de alumnos", añade. En el caso de los centros religiosos, Vázquez se muestra más tajante. "Hay que dar por sentado que los colegios religiosos tienen todo el derecho a obstentar los símbolos de su fe", resaltó.

La medida del Congreso llega después de que el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo dictase una sentencia –a raíz de la denuncia de una madre italiana– en la que se indica que "el crucifijo en la escuela pública supone una violación de los derechos de los padres a educar a sus hijos según sus convicciones y de la libertad de religión de los alumnos". Con los votos del PSOE, ERC-IU-ICV y BNG, la Cámara baja solicitó al Gobierno que retire cualquier símbolo religioso de las aulas.

Pese a que los socialistas apoyaron esta propuesta, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró la semana pasada que la retirada de los crucifijos no está "por ahora" en la agenda del Ejecutivo. El líder del PSOE aplazó esta decisión a cuando se debata la futura ley de libertad religiosa. Una postura que aplaude Francisco Vázquez. "El presidente ha sabido zanjar la polémica muy inteligentemente", sostiene.

Ley del aborto

El embajador español en la Santa Sede también analizó, en su entrevista para la Cope, la reforma del aborto que promueve el Gobierno. Una ley que asegura "no es el momento de evaluarla porque todavía no ha pasado por la comisión" pero que reconoce no le hace sentir incómodo. "Los católicos no somos partidarios del aborto pero hay que rebajar la crispación y entender el porqué de esta ley", señala y añade: "Desde que estoy en Roma me he dado cuenta de que, a veces, se pierde el referente de porqué esta normativa. La ley anterior tenía un tercer supuesto, el del daño psicológico, que era un verdadero coladero y que atraía a abortar a España a gente de otros países. Además, durante la investigación a las clínicas privadas se vulneraron los derechos de intimidad de muchas mujeres y por tanto, lo que persigue el Gobierno con esta reforma es mejorar la situación anterior".

Tras asegurar que llegó a haber 105.000 abortos en España, Vázquez resalta que lo importante es afrontar una situación que "no era buena". De cualquier forma, el ex alcalde de A Coruña no respalda al 100% la reforma de la ley que regula la interrupción de embarazos y espera a ver el texto final para dar su veredicto. "Yo estoy contemplando la evolución de la ley. Espero que haya modificaciones importantes al texto que se presentó ahora y una vez finalizado habrá que sopesar si, como es el objetivo final, mejora la norma anterior", resalta.